El 21 de mayo es una fiesta para el pueblo de Chile. Ese día conmemoramos el Combate Naval de Iquique, desarrollado en uno de los principales escenarios de la Guerra del Pacífico (1879-1883): el mar.
Esta era la vía fundamental para el traslado de víveres y tropas, y para la continuación del comercio regular entre Chile, Perú y Bolivia, los países en conflicto.
Fue el día en que los hombres de la frágil Esmeralda, comandados por Arturo Prat, dieron su vida por una causa que les parecía justa y necesaria, en un combate muy desigual contra la tripulación del poderoso Huáscar. A su heroísmo, se unió el triunfo de la astucia y habilidad de los marinos de la Covadonga -acertadamente comandada por Carlos Condell-, que permitió inutilizar uno de los dos acorazados peruanos, la Independencia.