Paralelamente, a la creación de importantes centros de astronomía, como por ejemplo, Tololo, Paranal, La Silla y las Campanas, se han creado otros observatorios más pequeños por dos razones fundamentales: satisfacer la demanda de los turistas por conocer el espacio, y no perturbar el trabajo profesional realizado por los especialistas en los grandes observatorios chilenos.
El primer observatorio popular es el ubicado en el Cerro Mamalluca en Vicuña, cuya construcción alcanzó los 50 millones de pesos. Este proyecto pudo concretarse gracias al esfuerzo realizado por la Municipalidad de Vicuña, a los aportes otorgados por las empresas privadas, el sector público y la comunidad, y a la asesoría realizada por el Observatorio Tololo.
El observatorio permite que turistas y aficionados puedan observar el espacio, se les da una charla introductoria al tema y son guiados mientras dura la visita. Se contempla la ejecución de una segunda etapa, en el que se construirá un planetario y otros observatorios por el sector.
Existen dos programas de visitas que son el de Observación Nocturna, que es en un tour en el cual se realizan charlas introductorias al tema astronómico y observaciones por un telescopio de 30 centímetros de diámetro, y el Avanzado de Observación, el cual está orientado a aficionados a la Astronomía, profesionales y estudiantes de Pre-grado y Post-grado.
Otro observatorio con similares características es el de la Universidad Católica del Norte, instalado al interior de la Segunda Región. Es el observatorio Armazones, a cargo del Instituto de Astronomía de dicha Casa de Estudios, que permite a los aficionados, observar el espacio y el sistema solar. También pueden mencionarse los ubicados en Ovalle, Andacollo, Pahihuano y la Higuera.
