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A través del tiempo mucha gente ha intentado volar saltando desde algo, esperando aterrizar sanos y salvos, tal como lo hacen pájaros, murciélagos y abejas. Casi siempre el salto fallaba, pero hubo algunos que fueron parcialmente exitosos. Esto le daba a la gente la falsa esperanza de que el hombre podría volar por sí solo. Lo que la mayoría de la gente no comprendía era que la relación de peso/sustentación es diferente en los pájaros, los murciélagos y las abejas. Este concepto era difícil de entender.

Se cree que el primer salto en paracaídas del que se tenga registro ocurrió en 852 A.C. cuando Arman Firman, un religioso musulmán, intentó volar en Córdoba, España. Él saltó desde una torre, llevando una enorme capa. Pensó que la capa se abombaría y permitiría que flotara suavemente hasta aterrizar. Sin embargo, la capa no pudo desacelerar su caída y se estrelló contra el piso. Afortunadamente, había bastante aire en los dobleces de la capa, lo cual suavizó un poco el aterrizaje y Firman sobrevivió. Así, éste se convirtió en el primer intento registrado de lanzarse con paracaídas.

Aunque es posible que Firman haya sido el primero en saltar, muchos expertos consideran a Leonardo da Vinci (el famoso pintor e inventor) como el primero en concebir y documentar con diagramas la idea de sostener el peso de una persona por medio de un paracaídas. Seiscientos años después de Arman Firman, Leonardo da Vinci estaba dispuesto a probar que el vuelo humano era posible. Estudió el vuelo por más de veinte años y en 1486 comenzó a estudiar a los pájaros. Él continuó con este estudio hasta su muerte en 1519, convencido que el secreto detrás del vuelo humano estaba en las alas de los pájaros.

Dentro de sus primeros dibujos acerca del vuelo estaba el del paracaídas. Él escribió: «Si un hombre tiene una tienda del lino de tejidos compactos sin ningún orificio 12 braccia de largo y 12 de ancho, él puede lanzarse desde cualquier altura considerable sin lesión» . No hay expediente alguno que indique que Leonardo da Vinci alguna vez probó alguna de sus ideas relacionadas con los paracaídas.

Durante los siguientes trescientos años se realizaron muchos intentos de saltar con un paracaídas. Estas pruebas fueron registradas pero no atestiguadas. Algunos de estos «experimentadores» eran Fausto Veranzo, Joseph Montgolfier, y Jean Pierre Blanchard.

Finalmente, en 1797, el volador de globos Andre Jacques Garnerin logró indiscutiblemente el primero de muchos saltos de exhibición en paracaídas (atestiguados) desde su globo. Su primer salto lo realizó sobre París, Francia, con miles de personas observándolo. El paracaídas de Garnerin estaba hecho de seda y tenía un poste de sostén que hacía que se viera como un enorme paraguas reforzado. Estando parado en una cesta en el extremo del poste, Garnerin lanzaba su paracaídas que oscilaba violentamente (se agitaba de un lado a otro) porque el paracaídas no tenía orificios de ventilación, y el aire debía escapar por un lado y después por el otro.

Hasta de que se inventó el globo, no había habido mucha oportunidad de utilizar los paracaídas. El paracaídas había sido utilizado solamente para exhibirlo en las exposiciones. No se había pensado en usar los paracaídas en caso de emergencia hasta que en 1808 Judaki Kuparento tuvo que saltar de su globo ardiendo en llamas sobre Varsovia, Polonia. No se sabe exactamente cómo hizo esto.

No fue sino hasta 1909, cuando los hermanos Wright desarrollaron el vuelo con poder motriz, que el paracaídas encontró un nuevo propósito. En 1912 el capitán Albert Berry del ejército de Estados Unidos ejecutó el primer salto exitoso desde un aeroplano. Al principio los paracaídas eran hechos de lona, y más tarde de seda. Durante la Primera Guerra Mundial los espías utilizaban paracaídas para escaparse de globos de observación dañados, pero eran considerados imprácticos para usarse en los aeroplanos.

En la actualidad los paracaídas se hacen de nylon. Cuando no se usan, se doblan y guardan en paquetes de nylon o de algodón. El paquete se sujeta a la espalda o al pecho de la persona con un arnés. El arnés está construído especialmente para que el paracaidista no se lastime cuando las fuerzas de desaceleración (disminución de velocidad), gravedad, y del viento son transmitidas (enviadas) al cuerpo del paracaidista al momento que el paracaídas se abre. Se utiliza una cuerda para abrir el paquete y para permitir que el paracaídas se abra.

Durante la Segunda Guerra Mundial millares de soldados se lanzaron desde aviones en paracaídas. Después de la guerra, muchos de estos veteranos continuaron lanzándose en paracaídas para divertirse. En 1951 el primer campeonato de paracaidismo se llevo al cabo en Yugoslavia. Ahora se realiza cada dos años. En 1960 aproximadamente 1000 personas practicaron este deporte. En 1980, apenas 20 años más tarde, el deporte contaba con 250,000 individuos participando en 28 paises diferentes.


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