Directamente asociado a la salud está el consumo, calidad y disponibilidad del agua. Estos tres componentes, separada o conjuntamente, han determinado una gran cantidad de problemas de salud que afectan a vastos sectores de la población mundial.
Un ejemplo de esto lo da el hecho que, aproximadamente, el 40% de la población mundial sufre en la actualidad por falta de agua, y se ha comprobado que en los países del tercer mundo o en vías de desarrollo, más del 80% de las enfermedades tienen su origen en esta carencia o en las condiciones insalubres del agua que utilizan.
¿Cómo actúa el agua en nuestro organismo?
Nuestro organismo, en condiciones normales pierde diariamente alrededor de 3 litros de agua. Esta pérdida se produce a través de:
– Respiración (cuando expiramos): 0,4 litros.
– La orina: 1,5 a 2 litros.
– La transpiración (sudor): 0,6 litros.
– Evacuación (fecas): 0,1 a 0,3 litros.
Esta pérdida de agua nos hace sentir sed. Por lo tanto , en condiciones normales, el organismo de las personas necesita reponer, diariamente, más o menos 3 litros de agua.
¿Cómo?
– Bebiendo agua limpia o potable, aproximadamente 1 litro y medio.
– Comiendo alimentos, ya que éstos contribuyen con alrededor de un litro de agua.
– Los azúcares consumidos, son «combustionados» en el interior de nuestro organismo. Este proceso, aporta aproximadamente 0,35 litros (350 milílitros) de agua.
Cuando el cuerpo está «afiebrado» y/o se encuentra afectado por una diarrea, se pierde gran cantidad de agua, es decir, el organismo se deshidrata. Es recomendable en ambas situaciones, proceder a beber una gran cantidad de agua hervida y fría (en pequeñas porciones); y además consultar un médico. En los casos de niños y niñas pequeños, ambas situaciones son muy peligrosas, y podrían morir por deshidratación, si no se procede inmediatamente a hidratarlos .
Vinculado con el consumo de agua de la población, se ha establecido que los individuos que viven en «regiones áridas y cálidas», necesitan beber, diariamente, una mayor cantidad de agua que aquellos que habitan en “regiones frías”.
Uno de los deberes básicos de los gobernantes para con la ciudadanía, es proporcionar este elemento esencial para la vida, en forma limpia y sana (potable), para asegurar su normal desenvolvimiento en la vida social.