En la parte superior y posterior de nuestro abdomen se ubican los dos más importantes órganos del aparato urinario. Son los riñones, alojados uno a cada lado de la columna vertebral, quienes trabajan a diario como verdaderos recolectores de desechos dañinos para el organismo.
A simple vista, los riñones son vísceras pequeñas, de no más de 12 centímetros de largo y 3 centímetros de grosor. Su apariencia es similar a la de una haba, con un peso que fluctúa entre 150 y 300 gramos. Pero a pesar de su tamaño, son los únicos capaces de realizar una función vital: filtrar la sangre y retener los residuos químicos generados por el trabajo celular. Es tan importante su misión que, si algún trastorno los afecta gravemente, de seguro estará en riesgo la vida.
En su parte superior, apoyadas en ellos, se alojan unas pequeñas glándulas que forman parte del sistema endocrino. Estas son las glándulas suprarrenales, cuya función es independiente a la renal y están enfocadas a la producción hormonal de corticoides, adrenalina y noradrenalina.
Los riñones se encuentran recubiertos por una capa de tejido conjuntivo y otra de tejido graso.
La primera de ellas recibe el nombre de cápsula renal y se encuentra adherida fuertemente a la superficie del riñón. La otra, conocida como fascia renal o fascia de Gerota, contiene no solo al órgano renal, sino también a la glándula suprarrenal y a la grasa perirrenal.
En su borde interno se ubica el hilio, que es el punto de entrada y salida tanto de las venas y arterias renales, como de los conductos excretores, llamados uréteres.
Circulación renal
Los riñones poseen una extraordinaria red de vasos sanguíneos, que facilita su trabajo purificador. Como dato, solo consideremos que la cantidad de sangre que circula por ellos y es filtrada equivale a, aproximadamente, un 25% del suministro que sale del corazón (unos 72 litros por hora).
La sangre ingresa hacia el riñón por su parte cóncava (hilio renal), a través de la arteria renal (proveniente de la aorta descendente). Este importante conducto se ramifica en el seno renal por medio de las ramas interlobares, las cuales, llegando a la base de la pirámide renal (estructura con forma de triángulo alojada en la médula renal) también se dividen en vasos más pequeños, que se denominan arterias arqueadas o arciformes.
Estas últimas contornean la base de las pirámides, convirtiéndose en arterias interlobulillares. Cada una de ellas dará origen a las arteriolas aferentes, de poca longitud y que se capilarizan formando el glomérulo renal (un verdadero ovillo de vasos sanguíneos).
La arteriola eferente del glomérulo forma el plexo peritubular, que rodea como una malla de tejido a los tubos uriníferos. Aquí ya comienza el camino de vuelta de la sangre, por el territorio venoso interlobulillar, que dará paso a las venas arciformes, interlobulares y, finalmente, a la vena renal. Este importante conducto desembocará en la vena cava inferior.
La nefrona
Cada riñón se encuentra constituido por más de un millón de pequeños sistemas de filtración, compuestos por una intrincada red de conductos y vasos sanguíneos: la nefrona.
Así, al interior de las pirámides renales, la nefrona extrae y devuelve una serie de sustancias que viajan por el torrente sanguíneo.
Desde aquí se seleccionan los desechos que serán eliminados por la orina y se reabsorberán las sustancias necesarias para el organismo, como la sal, glucosa y agua. Por ello, sus tareas pueden ser definidas por tres conceptos: filtración, secreción y reabsorción.
La nefrona está constituida por dos partes principales: el corpúsculo renal y los túbulos renales (túbulo contorneado proximal, asa de Henle y túbulo contorneado distal).
Si bien se ubican en todo el riñón, la mayoría (cerca de un 80%) se encuentra en la corteza renal, recibiendo el nombre de nefronas corticales. El 20% restante se ubica cerca de la médula renal y se denominan yuxtamedulares.
Corpúsculo renal
En la parte superior de la nefrona encontramos una estructura con forma de esfera (expansión de la pared del tubo renal), denominada corpúsculo renal o de Malpighi.
Cada corpúsculo está formado por la cápsula glomerular o de Bowman, que contiene al glomérulo renal. La cápsula renal es la estructura que envuelve y contiene al glomérulo renal. Consta de dos capas: una parietal y otra visceral. La primera de ellas está constituida por epitelio plano y tejido conjuntivo, mientras que la segunda se compone por células epiteliales llamadas podocitos.
El glomérulo renal se origina a partir de una arteriola aferente, encargada de entregar el suministro sanguíneo constante. Esta ingresa a la cápsula y se divide en una serie de capilares que desembocan finalmente en otro vaso sanguíneo (la arteriola eferente), que abandona la cápsula para seguir su camino a través de los conductos uriníferos.
Malformación renal
Una de las anomalías congénitas renales más frecuentes es la que se conoce con el nombre de «riñón en herradura». Esta consiste en la unión de los polos inferiores (en muy raros casos se trata de la parte superior) de ambos riñones, por medio de un verdadero puente de tejido fibroso que suele ser de gran volumen. Ocurre durante el desarrollo fetal, cuando estos órganos no se desplazan correctamente, adquiriendo una apariencia en forma de U.
Por lo general, no presenta síntomas ni mayores complicaciones. Pero en algunos casos, puede ser un factor para la aparición de cálculos renales, quistes, hidronefrosis (aumento de tamaño del riñón por obstrucción) o infecciones urinarias.
Hormonas estimulantes
La glándula pituitaria es la encargada de liberar una hormona capaz de disminuir la producción de orina. Se denomina hormona antidiurética (ADH) o vasopresina, cuya tarea es controlar el volumen y la concentración de la orina y, por ende, el balance corporal del agua. Su acción permite un aumento de la permeabilidad al agua del túbulo colector (conducto terminal de la nefrona), absorbiendo más agua para la sangre, para que su concentración vuelva a los índices normales.
En situaciones de ejercicio, como sucede después de haber sudado mucho, la glándula pituitaria libera más ADH, desencadenando este proceso de absorción, que finaliza con la evacuación de un volumen de orina menor y más concentrada.
Datos Icarito
¿En qué etapa de la gestación se desarrollan los riñones?
Entre la cuarta y sexta semana de gestación.
¿Qué porcentaje de la masa corporal representan los riñones?
Alrededor del 1%.
¿Qué estructura ósea alcanza a proteger los riñones?
Las costillas inferiores.
¿Cuánto miden los túbulos renales?
Aproximadamente, 40 mm de longitud.