Todo proceso de transición es complejo. Pero sin lugar a dudas, la adolescencia es uno de los más difíciles, por la enorme cantidad de transformaciones físicas y sicológicas que deben vivir los jóvenes y que los dejarán preparados para la adultez.
La adolescencia es uno de los períodos más complejos del ciclo vital. No sólo por la cantidad de cambios físicos y hormonales que acarrea, sino también porque a nivel sicológico es una etapa de numerosos cuestionamientos. Es el paso desde la infancia a la edad adulta, donde emerge la figura del «yo». Un adolescente crítico, que enjuicia su entorno, su cuerpo, sus amistades y las autoridades.
Todo individuo, durante esta etapa, se vuelve más complejo. Los órganos sexuales se vuelven funcionales (producen hormonas y están listos para la reproducción), son más notorias las diferencias entre hombres y mujeres y existe un desarrollo emocional y personal clave.
Es necesario diferenciar que la adolescencia corresponde a una etapa de transición que implica cambios tanto a nivel anatómico como sicológico. En ella ocurre un importante proceso, la pubertad, periodo exacto en que las características físicas y sexuales maduran, debido a diversos cambios hormonales.
Acción detonante
Todos los cambios que caracterizan a la pubertad están comandados por la información contenida en nuestros cromosomas. Por un mecanismo de activación aún desconocido, a cierta edad se desencadenan modificaciones considerables que dan inicio a la pubertad.
De lo que sí se tiene certeza es del rol determinante del hipotálamo y la hipófisis en toda esta etapa del crecimiento. Ambas estructuras trabajan de manera coordinada activando el trabajo hormonal, causante de casi la mayoría de los cambios físicos que se activan a esta edad.
El hipotálamo se encarga de secretar un tipo de sustancias denominadas factores de liberación. Su labor es actuar directamente sobre la hipófisis, haciendo que esta glándula elabore y vierta en la circulación sanguínea un verdadero «cóctel hormonal». Uno de sus principales componentes es la somatotropina (STH), que influye en el ritmo de crecimiento de casi todos los tejidos del organismo y en el aumento del peso corporal (crecimiento de la masa muscular).
Considerable también es el efecto de las gonadotropinas, hormonas que, como su nombre lo indica, estimulan a las gónadas (ovarios y testículos) para que realicen su función endocrina, liberando las hormonas sexuales femeninas (progesterona y estrógeno) y masculinas (testosterona, androsterona y androstendiona).
Los andrógenos y los estrógenos se encargan directamente del crecimiento y maduración de los órganos sexuales masculinos y femeninos, del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios y de la aparición de la libido (fuerza motriz del instinto sexual).
Talla corporal
Comúnmente se denomina «estirón» al considerable incremento de la talla corporal que ocurre durante la pubertad. Por lo general, tanto niños como niñas aumentan su estatura en varios centímetros, fenómeno que ocurre a la par de la nueva configuración que adoptan tanto el esqueleto, la masa muscular y el tejido graso.
Cada sexo tiene diferentes disposiciones anatómicas, que durante la pubertad toman forma definitiva. Por ejemplo, las caderas de las mujeres se tornan más anchas y acumulan mayor cantidad de grasa, mientras que la espalda de los hombres aumenta de tamaño. La nueva redistribución también influye en el peso corporal.
En cuanto a la altura, la de las niñas se eleva con anterioridad a los niños. Pero corresponde a un proceso de menor duración, por lo que, generalmente, ellas alcanzan antes su estatura adulta y ellos siguen creciendo. A los ocho años, ambos sexos poseen una estatura similar; ya a los 14, las niñas, por lo general, son más altas. A los 16 años, ellas poseen una estatura definitiva, mientras los niños, que ya son más altos, continúan desarrollándose hasta los 18, e incluso, 20 años.
Cambios físicos
Si bien ya hablamos de la verdadera maquinaria hormonal que se activa una vez llegada la pubertad, no debemos olvidar que muchos de estos cambios se plasman físicamente.
En los varones, una de las primeras transformaciones ocurre a nivel de los genitales. Esto se manifiesta, por ejemplo, en el paulatino aumento del tamaño de los testículos, la aparición de arrugas en el escroto y de una importante cantidad de vello púbico. Casi dos años después de esta primera etapa de cambios, se incrementa, tanto en longitud como en diámetro, el principal órgano reproductor masculino externo: el pene.
En una segunda etapa, aumenta el vello axilar y facial. Este último se engrosa y convierte tanto en barba como en bigote.
La voz se vuelve más grave y existe un desarrollo importante a nivel muscular y del esqueleto; se ensanchan sus espaldas y adquieren el típico aspecto de una silueta masculina.
En las mujeres, el primer signo del inicio de la pubertad es el desarrollo del pezón, entre los ocho y diez años. Progresivamente, las areolas aumentan de tamaño y se desarrollan por completo las mamas. Aparece el vello púbico, el que con el paso de los años adopta una disposición casi triangular; de igual forma, crece vello en las axilas, se ensanchan las caderas y los muslos y se depositan importantes cantidades de grasa en las nalgas.
En cuanto a la maduración de los órganos sexuales femeninos, los que internamente aumentan de tamaño, el indicador más claro de que esta etapa está completa es la llegada de la primera menstruación o menarquia. Con esto se inicia la etapa fértil de cada mujer, estando fisiológicamente preparada para concebir.
Etapa de cuestionamientos
La adolescencia es definida como una etapa difícil, en la que los individuos se vuelven más complejos e independientes. Es un periodo en el que se define parte de su personalidad y, por lo tanto, se deben realizar opciones en cuanto a la sexualidad, el futuro y las relaciones tanto con el entorno como con los grupos sociales que los rodean.
Al ser un tiempo de transición entre niños y adultos, en que se toma por primera vez conciencia del yo y de las posibilidades de la voluntad independiente, se vuelve una época de estrés, ansiedad y depresión. Los adolescentes muchas veces se rebelan contra lo establecido y desconocen figuras de autoridad, como los padres o personas mayores.
El ámbito sexual es un tema que adquiere gran relevancia. Si bien durante gran parte de la pubertad la relación entre niños y niñas es compleja, ya que buscan amistades y generan lazos más fuertes entre personas de su mismo sexo, al final de esta etapa el impulso sexual aumenta y las relaciones entre ambos sexos se rigen por la atracción y el amor. Además, es posible que en esta etapa se produzca la iniciación sexual.
Factores deliberación
Son sustancias secretadas por el hipotálamo durante la pubertad que activan la hipófisis, la que produce y lanza al torrente sanguíneo hormonas como la somatotropina, que estimula el crecimiento de los tejidos del cuerpo, y gonadotropinas, que actúan sobre las gónadas para que elaboren hormonas sexuales femeninas y masculinas.
Algunos cambios
Al llegar la pubertad, se producen varios cambios físicos en el cuerpo. Algunos de ellos son: En los hombres: aumenta el tamaño de los testículos, aparecen arrugas en el escroto y surge el vello púbico. También se incrementan la longitud y el diámetro del pene. En las mujeres: se desarrollan los pezones y las mamas, surge el vello púbico, se ensanchan las caderas y los muslos, y en las nalgas se depositan mayores cantidades de grasa.
Adolescentes cansados
Científicos de la Universidad Tecnológica de Swinburne (Australia) descubrieron recientemente que la causa de que muchos adolescentes parezcan siempre cansados se debe a que tienen el reloj del sueño atrasado, para hacerlos más aptos a la vida nocturna. Por sus deberes escolares, muchos deben despertarse dos horas y media antes de lo que su ritmo natural les demanda.