Actualmente la energía oceánica apenas está explotada. Las investigaciones se centran sobre todo en las mareas y el oleaje, no en vano ambas son fuentes permanentes con gran potencial y además 100% renovables. Aunque es la energía producida por las mareas la que podría dar el mejor rendimiento con menores complicaciones técnicas.
Japón, Francia, Israel y Gran Bretaña son quienes más han avanzado en el estudio de la energía oceánica, diseñando estaciones experimentales.
¿Porqué se producen las mareas?
Las mareas son el primer punto de atención de las posibles energías marinas explotables. Son producidas por la Luna debido a la atracción que su masa y proximidad a la Tierra ejerce sobre todos los objetos que ésta contiene. Sin embargo, el agua por su fácil movilidad es afectada en mayor medida, provocando la elevación del nivel del mar cíclicamente en aquellas regiones de la Tierra por donde pasa nuestro satélite, que según el punto geográfico puede ser de sólo unos pocos centímetros hasta varios metros; la inclinación de la Tierra también afecta a estas variaciones. Durante todo el año se produce el ciclo de las mareas (dos pleamar y dos bajamar cada 24 horas) y son perfectamente predecibles.
¿Cómo se aprovecha la energía del mar?
Aprovechando el desnivel que se produce debido a las mareas, acumulando grandes cantidades de agua en los períodos de marea alta y descargándola a través de una turbina cuando la marea está baja.
Otra forma de energía marina que podría ser aprovechable es la del oleaje, aunque todavía en estudio.
El principio para su explotación estaría centrado en la disposición de una gran red de boyas flotantes, los cuales tendrían la facultad de girar alrededor de unos ejes fijos. Cuando el oleaje golpease estas boyas las empujaría hacia atrás, recuperando por si mismas la posición inicial cuando la ola hubiese pasado. Cada boya tendría acoplado un generador que aprovecharía el movimiento de la boya para convertirlo en electricidad.
Por último, otra forma de aprovechar la energía del mar es utilizando la diferencia de temperatura entre las aguas de la superficie las aguas profundas.
Así como la central maremotriz tiene excelentes expectativas, el sistema de oleaje presenta dificultades, algunas de importancia. Hay que tener en cuenta que el oleaje no es un fenómeno estable; además, por debajo de determinado nivel de olas la generación de energía podría ser nula. El mismo problema podría darse por exceso, si la amplitud de las olas es excesiva podría dañar los dispositivos.
Estas limitaciones no permiten pensar en una aplicación práctica, por lo que cabe estimar que solamente tendría interés en determinadas zonas, donde existen condiciones estables para su utilización.