La miscibilidad es un término usado en la química referente a la capacidad de algunos líquidos para mezclarse en cualquier proporción, lo que depende de la similitud de sus moléculas, formando así una disolución. Los líquidos miscibles y no miscibles se encuentran más presentes en la vida cotidiana de lo que imaginas.
En principio, el término se aplica también a otras fases (los sólidos y los gases), pero el foco principal está en la solubilidad de un líquido en otro. Agua y etanol, por ejemplo, son miscibles puesto que se mezclan en todas las proporciones.
Por el contrario, la sustancia sería no miscible si en cualquier proporción ella y otra no forman una solución, es decir, no son capaces de formar una fase homogénea. Por ejemplo, aceite en agua.
Reconociendo líquidos miscibles
El siguiente es un método ejemplificador y sencillo para conocer la miscibilidad en los líquidos.
Materiales:
- Aceite de cocina
- Colorante
- Cuchara
- Agua
- Recipiente
- Gotario
Desarrollo
– Primero, vierte un poco de agua en el recipiente.
– Luego, cúbrelo con aceite.
¿Qué descubrirás?
El aceite y el agua no tienen miscibilidad (es inmiscible), por lo que quedan en capas separadas. Ambos líquidos pueden agitarse en una mezcla de gotitas, pero pronto se vuelven a separar si dejan de moverse.
– Usando un gotario, agrega el colorante alimenticio. Luego, deja caer solo una o dos gotas sobre el aceite. Verás que si lo agregas con cuidado el color quedará convertido en pequeñas bolitas, porque no es miscible con el aceite.
– Luego, con el mango de una cuchara empuja el colorante hacia abajo a través del aceite en el agua. Cuando las bolitas toquen el agua, se disolverán como una nube de color. Esto sucede porque el colorante es soluble en agua, es decir, tiene miscibilidad.
El resultado debería ser algo parecido a lo siguiente:
