El timo es una glándula de secreción interna (carente de conductos) que se sitúa entre los pulmones, inmediatamente detrás de la parte superior del esternón. Se compone de un área externa o corteza, conformada por tejido linfoide, y de una porción interna o médula, con racimos de células que forman los corpúsculos de Hassal.
Se encuentra más desarrollada durante la infancia y, según algunas investigaciones, sería el órgano que gobierna la inmunogénesis en los jóvenes. Incluso, otros estudios apuntan a que controla el sistema linfoide durante toda la vida. Sin embargo, este punto es un poco discutido, puesto que se dice que su acción finaliza cuando comienza el funcionamiento de las gónadas, y que mientras el timo está activo no se produce la madurez sexual del individuo.
En todo caso, su papel es indiscutido en la regulación de los mecanismos de inmunidad, ya que la hormona llamada timosina, induce en los órganos linfoides la formación de células activas en la producción de anticuerpos contra proteínas extrañas al organismo y en el proceso de rechazo a los tejidos injertados.
La epífisis
También llamada glándula pineal, esta estructura se ubica en el techo del tercer ventrículo del cerebro, pesando alrededor de 120 miligramos.
Secreta una hormona conocida como melatonina, cuya incidencia se produce a nivel neuroendocrino, interviniendo en el control de los ciclos biológicos que están inducidos por la luz (ciclo día-noche). Esto, debido a que la epífisis se encuentra formada por fibras nerviosas simpáticas que transmiten la información lumínica captada por la retina, y así nos induce a dormir o a estar despiertos cuando corresponda.