El espacio ocupado por una comunidad puede ser amplio -por ejemplo, un lago- o pequeño -por ejemplo, una poza. Una comunidad pequeña tiene una existencia más breve que la de una comunidad grande.
En un ambiente natural es posible encontrar muchas comunidades. Por ejemplo, en el mar podemos ubicar las comunidades de las aguas superficiales, las de los fondos rocosos, los fondos arenosos, y las de los fondos pedregosos.
Hay comunidades en los campos, en los desiertos, en todas partes. Incluso en las frías regiones polares.
Generalmente, los organismos que caracterizan a una comunidad son las plantas. Según las condidiciones ambientales del lugar, se desarrolla cierto tipo de vegetales, y de las características de éstos dependen la variedad y cantidad de animales que allí habiten.
Las comunidades están formadas por muchas poblaciones de plantas y animales. Siempre habrá alguna población más abundante que otra, siendo -por lo tanto- la dominante. La población dominante da el nombre a la comunidad.
Por ejemplo, si hay más matorrales la comunidad se conoce como matorral, y si predominan los pastos, como pastizal.
Otra característica de las comunidades es que ellas están en continuo cambio. Eso quiere decir que no son estables, sino dinámicas.
Hábitat
En una comunidad existen diversos hábitat. Definimos hábitat como el lugar donde un determinado individuo vive, siendo esto comparable con la dirección de la casa de una persona.
Existen tantos lugares donde vivir como plantas y animales hay en una comunidad. Por eso, hay gran variedad de hábitats. Estos pueden ser un tronco podrido, la corteza de un árbol, el intestino de un animal, el suelo, una roca, etc.
Los hábitats pueden ser extensos -como el ocupado por la ballena- o reducidos- como el de un insecto-. Cada organismo tiene su propio hábitat y, a veces, lo comparte con otro.
Las comunidades biológicas comprenden a los seres vivos de un lugar.
Frente a cualquier paisaje natural observamos que:
– Las poblaciones no están solas: al lado de una población de hormigas, hay otra de pasto, pinos, conejos, etc. Esto es un conjunto de poblaciones que interactúan y se relacionan.
– Los lugares o espacios son identificables: las especies que integran una comunidad se ubican en terrenos o espacios capaces de satisfacer sus necesidades.
– El período de tiempo es definido: las poblaciones interactúan por lapsos de tiempo determinados por las condiciones del medio ambiente.
Relaciones bióticas entre los organismos
Las relaciones bióticas que se establecen entre los organismos se pueden clasificar en dos grupos: relaciones intraespecíficas y relaciones interespecíficas.
– Relaciones intraespecíficas
Las relaciones intraespecíficas son las relaciones establecidas entre individuos de una misma especie que conviven en un ecosistema.
Tipos de relaciones intraespecíficas:
– Las sociedades: grupos de seres vivos en los que existen división del trabajo y una dependencia entre individuos. En la sociedad cada individuo realiza una función de acuerdo a sus capacidades un ejemplo claro son las hormigas y las termitas.
– La jefatura: cada población de individuos (animales) es comandado por uno de ellos. Generalmente un macho, que se encarga del cuidado, reproducción y conducción del resto. Estos aparte defienden ese espacio de territorialidad de otras especies.
– La cooperación: esto sucede cuando los animales de una misma especie se ayudan unos a otros.
Algunos animales (la mayoría) se desplazan en grupos para defenderse de los depredadores, aunque algunos mueran, otros sobreviven huyendo. No sólo cazan en grupos, también en parejas. (Ejemplo: Los elefantes.)
También hay un individuo (animal) que alarma si ve a un agresor, para que todos huyan.
– Greganismo: los individuos de una misma especie buscan formar grupos, ya sea para alimentarse, defenderse o para emigrar se forman asociaciones, que les favorecen a todos.
– Relación interespecífica
Una relación interespecífica es la interacción que tiene lugar en una comunidad entre individuos de especies diferentes, dentro de un ecosistema.
Tipos de relaciones interespecíficas
– Competencia: es la relación que ocurre cuando individuos de diferentes especies compiten para satisfacer sus necesidades básicas. También puede establecerse la interacción de competencia entre dos poblaciones cuando escasean factores de tipo abiótico. Así, dos plantas podrán competir por la cantidad de agua que hay en el suelo, o bien, dos especies de aves podrán competir por el lugar donde construir sus nidos, es decir, por el espacio de nidificación.
– Depredación: es la relación que se establece entre individuos de dos especies diferentes, en la cual los individuos que pertenecen a una de ellas se alimentan de los de la otra. A los primeros se les llama depredadores, y a los segundos, presa. Los depredadores capturan y matan a su presa.
– Parasitismo: es una interacción biológica entre dos organismos, en la que uno de los organismos (el parásito) consigue la mayor parte del beneficio de una relación estrecha con otro, el huésped u hospedador. El parasitismo puede ser considerado un caso particular de predación o, por usar un término menos equívoco, de consumo.
Los parásitos que viven dentro del organismo hospedador se llaman endoparásitos y aquellos que viven fuera, reciben el nombre de ectoparásitos. Un parásito que mata al organismo donde se hospeda es llamado parasitoide. Algunos parásitos son parásitos sociales, obteniendo ventaja de interacciones con miembros de una especie social, como son los áfidos, las hormigas o las termitas.
– Explotación: ocurre por la interacción de varias especies en la que unas resultan beneficiadas a costa de otras que son perjudicadas, por ejemplo el cuco, que pone los huevos en el nido de otros pájaros para que le alimente la cría. Sin embargo no conviene uitilizar este término como un tipo de relación, si no como un tipo de comportamiento.
– Comensalismo: es una relación por la cual una especie se beneficia de otra sin causarle perjuicio ni beneficio alguno. El beneficio puede ser trófico como ejemplo las aves carroñeras que se alimentan de los restos que dejan los depredadores, o bien el beneficio es el desplazamiento como por ejemplo los peces rémoras que se adhieren a la superficie de peces más grandes para ser transportados sin esfuerzo por su parte.
– Inquilinismo: es un tipo de relación interespecífica, parecida al comensalismo, en la que una especie da cobijo a otra. En esta relación la especie que alberga no se beneficia ni se perjudica y la otra que encuentra el albergue resulta beneficiada. Un claro y evidente ejemplo de esta relación interespecífica seria el de una bellota de mar sobre la concha de un mejillón.
– Facilitación: es una relación interespecífica (entre individuos de especies diferentes) dentro de un ecosistema donde al menos una de las especies se beneficia de crecer junto a otra.
– Simbiosis: es un tipo de interacción biológica entre dos o más organismos de distinta especie. A los organismos involucrados se les denomina simbiontes. Existe discrepancia sobre si el término debe reservarse para las relaciones de mutualismo (es decir, aquellas en que todos los simbiontes salen beneficiados), las relaciones de mutualismo imprescindibles para la supervivencia de todos los simbiontes o bien extenderse a todas las relaciones interespecíficas, como ocurre en las ideas de sociedades basadas en la solidaridad y colectividad, entre otras.
Un ejemplo típico de simbiosis es la relación entre la anémona de mar y el cangrejo ermitaño: el cangrejo «ofrece» desplazamiento a la anémona y ésta le ofrece protección con sus tentáculos venenosos. Otro ejemplo es el del gobio de Luther, un pez, y una gamba ciega. La gamba excava una madriguera con sus fuertes patas y permite que el pez la ocupe también. A cambio, éste actúa como lazarillo, guiando a la gamba en la búsqueda de alimento. La gamba toca con sus antenas la cola del pez y éste la mueve cuando detecta algún peligro: en ese caso, los dos se retiran hacia la madriguera. También es interesante la micorriza como asociación simbiótica.
– Mutualismo: es la relación no permanente ni obligatoria que se crea entre dos especies diferentes y de la que ambas salen beneficiadas. Permite mejorar el crecimiento y la supervivencia de las dos poblaciones afectadas. El intercambio suele ser trófico y la relación puede llegar a ser en determinados casos de simbiosis obligada, no pudiendo subsistir una especie en ausencia de la otra. Son ejemplos de simbiosis los líquenes y los protozoos que viven en el interior del digestivo de las termitas.
Hay relaciones mutualistas en las que el beneficio es la protección frente a los depredadores. Un tipo de mutualismo no obligado entre individuos de una misma especie es la desparasitación.
Otro tipo de mutualismo interesante es el que se establece entre personas y animales.
– Exclusión mutua: es un tipo de relación interespecífica que tiene lugar entre dos especies de forma que les es completamente imposible vivir juntos. De tal forma que cuando una especie aparece, la otra está ausente y viceversa, por causa del comportamiento competitivo de ambos.
Normalmente ocurre cuando una de las especies altera el hábitat de forma que la vida le es imposible a la otra, pudiendo vivir perfectamente en el mismo hábitat en ausencia de la otra especie.
– Amensalismo: se produce cuando un organismo se ve perjudicado en la relación y el otro no experimenta ninguna alteración, es decir, la relación le resulta neutra. En algunos bosques de la selva amazónica, hay árboles de mayor tamaño que impiden la llegada de luz solar a las hierbas que se encuentran a ras del suelo. Éste es un ejemplo de amensalismo, y se diferencia de la competencia en que las plantas de menor tamaño no afectan en nada la supervivencia de los árboles de mayor tamaño.