No todos los planetas poseen satélites. Mercurio y Venus no tienen ninguno. Sin embargo, la Luna, que es el satélite natural de la Tierra, es bastante más espectacular que el resto. Es muchísimo mayor que los pequeños satélites de Marte y sólo es comparable a los de los planetas más grandes.
Aún no se sabe con certeza cómo se formó la Luna, pero algunas teorías dicen que la Tierra giraba antes bastante más rápido que en la actualidad, lo que habría hecho que la Luna se desgajara de nuestro planeta. Sin embargo, lo más aceptado es que se formaron prácticamente al mismo tiempo y a partir del mismo material.
Las fases de la Luna
Al igual que todos los planetas, la Luna no emite luz propia. La luz que vemos en ella es la que refleja el Sol en su superficie. El hemisferio lunar que mira hacia el Sol está iluminado, mientras la otra mitad permanece a oscuras.
El movimiento de la Luna es de oeste a este alrededor de la Tierra, en el mismo sentido de rotación del planeta. Veamos cuáles son las fases de la Luna:
– Luna Nueva: en esta fase no vemos ninguna parte iluminada de ella y se da cuando la Luna pasa entre el Sol y la Tierra, siempre siguiendo su órbita alrededor de la Tierra.
– Cuarto Creciente: es cuando la Luna ha completado un cuarto de su órbita alrededor de nuestro planeta y alcanza una posición de 90¼ al este del Sol.
– Luna Llena: una semana después de cuarto creciente, el disco de la Luna se ve completamente iluminado; es decir, con su cara visible frente al Sol.
– Cuarto Menguante: es cuando, una semana después de la fase anterior, solo se ve la mitad del disco de la Luna.
Al pasar 29 días y medio desde esta última fase, la Luna vuelve a su posición entre el Sol y la Tierra y comienza un nuevo ciclo.
Eclipse de Luna
La Tierra y la Luna proyectan constantemente conos de sombra en el espacio, en dirección opuesta al Sol. Cuando la Tierra pasa por el cono de sombra de la Luna, se está produciendo un eclipse de Sol, ya que la Luna lo oculta ante nuestros ojos. Al contrario, si la Luna pasa por el cono de sombra de la Tierra, la Luna pierde toda luminosidad, y desde la Tierra vemos un eclipse de Luna.
Este tipo de eclipses se producen entre dos y siete veces durante el año.
La Luna por dentro
La Luna está formada por un material bastante más liviano que el de la Tierra, cuya densidad es sólo de 0,6 veces la de nuestro planeta, Su núcleo, formado por elementos como el hierro, es muy pequeño, con mil kilómetros de diámetro aproximadamente. Sobre este hay un manto rocoso, en cuya base se originan terremotos lunares leves.
La capa más superficial de este satélite es la corteza, que posee 60 kilómetros de densidad. La parte superior de la corteza está formada por restos de rocas, que reciben el nombre de regolito, producto del constante bombardeo de meteoritos desde su formación.
El aspecto polvoriento de nuestro satélite es causado por la presencia de una capa de roca pulverizada que cubre toda la Luna.
Los cráteres lunares
Si observamos la superficie de la Luna, podemos ver que está casi completamente recubierta de cráteres, generalmente circulares. Su fondo está hundido y sus bordes son más altos que el centro, formando una especie de orificio.
Podemos encontrar cráteres de todos los tamaños y hasta hoy se cree que se formaron por la acción de meteoritos que habrían caído en la superficie, salvo algunos de origen volcánico, que se diferencian del resto por tener un fondo liso y recubierto de lava.
Para investigar
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