Pero como el deseo humana de conocimiento es ilimitado, el hombre no se conformó con mirar el cielo desde la Tierra, sino que quiso ir hacia él y ver con sus propios ojos qué pasaba allá a miles de kilómetros de distancia.
El origen de la conquista del espacio suele remontarse a la invención de la pólvora por los chinos en el siglo IX. Desde entonces comenzaron a fabricarse los primeros cohetes que, sin embargo, tuvieron fines muy distintos a los actuales.
Arbitrariamente, lo que se denomina carrera espacial se inició con la puesta en órbita del satélite artificial , el primer hito relevante de la astronáutica mundial. Pero en realidad este hecho es la consecuencia de las investigaciones alemanas precedentes. El lanzamiento del Sputnik I ocurrió el 4 de octubre de 1957 en la Unión Soviética, y se trató de un satélite esférico de aluminio brillante que medía poco más de medio metro de diámetro y pesaba unos ochenta kilos. Seguramente, después de haber leído este antecedente te preguntarás: ¿a quién se le ocurrió y cómo surgió la idea de hacer un satélite? La respuesta la podemos encontrar en los trabajos de tres hombres. El primero es el ruso Konstantin Tsiolkovski, hacia 1883; el estadounidense Robert Goddard en 1909; y, finalmente, en 1923, el alemán Hermann Oberth.
La astronáutica
Esta disciplina se refiere a la ciencia de la navegación entre los cuerpos celestes; es decir, a los viajes realizados por naves creadas por el hombre para traspasar las fronteras de la Tierra. Si estas llevan personas, a ellas se las llama astronautas o cosmonautas. Dependiendo del tipo de función que cumplan los aparatos que navegan por el espacio, pueden catalogarse como satélites artificiales, sondas espaciales, laboratorios orbitales, naves o transbordadores espaciales y módulos de nave activos o pasivos. Todos ellos se complementan con cohetes impulsores dotados de combustible líquido o sólido.
Para investigar
¿Sabes qué significa en griego la palabra astronauta?