La erosión hídrica
El agua es un erosivo muy enérgico. Cuando el suelo ha quedado desprotegido de la vegetación y sometido a las lluvias, los torrentes arrastran las partículas del suelo hacia arroyos y ríos. El suelo, desprovisto de la capa superficial, pierde la materia orgánica (humus) y entra en un proceso de deterioro que puede originar hasta un desierto.
Los factores climáticos tienen un papel importante en la erosión hídrica, siendo las precipitaciones, tanto en su intensidad como en su duración, el elemento desencadenante del proceso. No obstante, la relación entre las características de la lluvia, la infiltración, el escurrimiento y la pérdida de suelo, es muy compleja.
La erosión eólica
Comparado con el agua, el viento resulta un agente erosivo menos intenso, pero en las regiones secas adquiere una importancia muy especial. En estas zonas áridas el viento ha formado los desiertos, que constituyen una superficie muy extensa a lo largo y ancho de la Tierra.
El viento por si solo no tiene la fuerza para ocasionar graves daños al suelo. Sin embargo, acarrea distintas particulas que al chocar con la tierra la van desgastando. Esta forma de erosión del suelo es la más lenta y menos perceptible para el hombre.
Se entiende por erosión eólica el proceso de disgregación, remoción y transporte de las partículas del suelo por la acción del viento.
Factores que favorecen la erosión eólica:
– Vientos fuertes y frecuentes.
– Superficies llanas expuestas al viento.
– Suelo seco, suelto, de textura fina y poca materia orgánica. Con una inexistente o degradada estructura del suelo.
– Condiciones de aridez. Altas temperaturas y escasas precipitaciones.
– Poca cubierta vegetal. Así un pastoreo abusivo, la quema de residuos agrícolas y el laboreo irracional pueden ser factores causantes de la erosión eólica.
Erosión por laboreo
Es la erosión ocasionada por la intervención del hombre. Los trabajos agrícolas, de edificación y todas las actividades humanas provocan daños en el suelo. Sin lugar a dudas la erosión por laboreo es la que más daños provoca en la superficie de la tierra.