Un poco de historia
La gimnasia ha formado parte del programa deportivo de los Juegos Olímpicos de la era moderna desde que éstos empezaron en 1896. En aquellos juegos (sólo competían hombres) los gimnastas alemanes consiguieron la totalidad de las medallas. Entonces sólo cinco países llevaron gimnastas a la competición. Además en aquel tiempo los ejercicios a realizar eran gimnásticos (en caballo con arcos, paralelas, anillas, etc.) y atléticos (correr, levantamiento de pesas, salto de altura, etc.). Las competiciones atléticas fueron suprimidas en los Juegos Olímpicos de 1936 y la última vez que se pudieron ver fue en los campeonatos del Mundo de 1954.
La primera gran competición gimnástica que se hizo fuera de los Juegos Olímpicos, fueron los que hoy en día se consideran los primeros campeonatos del mundo de este deporte que tuvieron lugar en 1903 en Antwerp (Bélgica).
La base de la gimnasia artística moderna quedó fijada en los Juegos Olímpicos de 1924 en París. Fue entonces cuando se incluyó por primera vez el programa de competición que hoy en día reconocemos, es decir, competiciones por aparatos, individuales y por equipos.
El debut de las mujeres en la gimnasia tuvo lugar en los Juegos Olímpicos de 1928. El equipo ganador en aquella ocasión fue Holanda. La competición individual femenina comenzó en el año 1952. La gimnasta más condecorada de la historia (incluyendo ambas categorías, femenina y masculina) es la soviética Larisa Latynina, que llegó a ganar dieciocho medallas olímpicas incluyendo nueve medallas de oro entre los años 1956 y 1964. Inmediatamente después de Latynina podemos situar a la legendaria gimnasta checoslovaca Vera Caslavska.
Hoy en día la gimnasia es uno de los deportes más emblemáticos del programa deportivo olímpico junto con el atletismo y la natación, teniendo un gran poder de convocatoria y siendo de siempre uno de los deportes más espectaculares y míticos.