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LA TERCERA. Por Ximena Muñoz

Algunos dirigentes estudiantiles de la llamada “revolución de los pingüinos” sorprendieron al explicar sus demandas con una claridad y fundamento que todos elogiaron. Lo que pocos saben es que ellos eran asiduos participantes de los torneos de debate interescolar que la Universidad Diego Portales organiza desde 1998.

Hoy todos reconocen que los debates son una excelente metodología para la enseñanza de las más diversas asignaturas, pues los alumnos aprenden a investigar con profundidad, adquieren métodos de estudio y aumentan su vocabulario, entre otros aspectos. Por eso la explosiva demanda de parte de los colegios por participar en estos torneos: en 1998 partieron 10 y hoy suman más de 400 establecimientos de las regiones Metropolitana, Cuarta, Quinta, Séptima y Octava.

Los informes preliminares de la UDP sobre el impacto de esta metodología en los aprendizajes dicen que lo más significativo es que los jóvenes adquieren seguridad frente a otros, por la capacidad de dar a conocer sus opiniones. Aunque tienen muchas otras ventajas, como mejorar la relación de los profesores con su curso y desarrollar en los alumnos el pensamiento crítico.

“El debate genera una mejoría en la autoimagen de los jóvenes, un aumento de la disponibilidad léxica y una mayor comprensión de los discursos”, afirma Claudio Fuentes, director del Centro de Estudios de la Argumentación de la UDP. Incluso, eleva la inserción laboral de alumnos de liceos técnicos, porque aprenden a expresar mejor sus ideas en las entrevistas de trabajo.

De allí que en 2002, la entonces ministra de Educación, Mariana Aylwin, luego de presenciar un torneo, quedara tan sorprendida que decidió firmar un convenio con la UDP para ampliar los debates estudiantiles a todo el país. Como resultado, se produjo una verdadera explosión de colegios interesados en esta actividad extraprogramática.

Un hallazgo metodológico

Entre los establecimientos que partieron con el sistema se cuentan el Colegio Tabancura, Sagrado Corazón de Apoquindo, Cumbres, Santiago College, Sagrado Corazón de San Bernardo, SSCC de Alameda e Instituto Nacional. Con el tiempo, se han ido incorporando varios más. “Partimos con seis alumnos que estaban interesados en leer a los autores de Filosofía que se oponían a las posiciones del colegio y hoy participan 120, de Primero a Cuarto Medio”, cuenta el profesor de Filosofía del colegio Tabancura, Roberto Pérez. Según su experiencia, no todos pueden enfrentar un debate.

“El año pasado había un alumno muy hábil, que le guiñaba el ojo al jurado, cambiaba de expresión el rostro, provocaba sonrisas en la audiencia. Pero no había leído mucho, sobre todo textos que tienen un lenguaje puro como los clásicos, y no pudo sostener un debate de 45 minutos”, cuenta.

Los alumnos del Colegio Cumbres también tienen una larga experiencia en el tema, incluso crearon la Academia de Debates de Competición. Según explica Andrea Mata, coordinadora del equipo de debates del colegio, tal como ha ocurrido en Estados Unidos, donde han comprobado que independientemente del estrato social, las personas que debaten entran a las mejores carreras y quedan en puestos de trabajo en que deben manejar muchos temas y problemas, en su colegio han visto que estos alumnos tienen buenas notas y entran a carreras como Derecho y Psicología.

En el Santiago College, el profesor de Filosofía, Rodrigo Abarca, cuenta que partieron con cinco alumnos y hoy son 15. “En 2000 participamos en un campeonato organizado por la U. de Harvard en inglés. Estuvimos también en Argentina en una simulación de Naciones Unidas, donde uno representa a un país y se defienden los temas que se tratan en la ONU”.

La utilidad de debatir
Profesores, académicos y alumnos reconocen que el debate desarrolla múltiples áreas al producirse en contextos significativos reales para los escolares. Algunos de sus beneficios son:

Desarrolla el pensamiento crítico y lógico.
Enseña el trabajo en equipo y la lealtad.
Aumenta la disponibilidad de vocabulario.
Enseña a entender con los elementos del paralenguaje, como énfasis y tonos de voz.
Aumenta el capital cultural.
Desarrolla la cohesión en el discurso.
Prepara para enfrentar situaciones de presión.
Desarrolla la autoestima personal.
Facilita la enseñanza del inglés.

Mineduc reimpulsará la iniciativa en liceosmunicipales y subvencionados
Los campeonatos en inglés
En 2002, el ministerio acogió la propuesta de la UDP de realizar debates estudiantiles bilingües (inglés) e impulsó un piloto en el que participaron 60 colegios y liceos de las regiones Quinta y Metropolitana.

Los resultados fueron sorprendentes: participaron jóvenes que, con exiguos conocimientos de inglés, lograron debatir en ese idioma en un nivel básico. “El debate desafía a las personas a darse a entender, a responder y los jóvenes se presionan a hablarlo porque no pueden quedarse callados”, explica Claudio Fuentes.

Luego del torneo bilingüe piloto que el Ministerio de Educación hizo en 2005, esta semana anunció que reimpulsará los debates estudiantiles en inglés en los colegios municipales y particulares subvencionados, cuyos ganadores podrán hacer una pasantía de un mes en centros educacionales extranjeros.

“Para la relación con la prensa fue muy útil haber debatido, porque tenía experiencia sobre las preguntas y cuando te quieren pillar”. (César Valenzuela, ex dirigente estudiantil)
«Me contribuyó a sintetizar, reducir dos o tres argumentos a un minuto, pero lo más importante fue el capital cultural que me dio”.  (Julio Isamit, ex alumno del Instituto Nacional)


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