LA TERCERA, Elizabeth Simonsen
Las cifras son elocuentes: el 70% de los alumnos que cursan su enseñanza media en los llamados liceos públicos de excelencia, como el José Victorino Lastarria, el Instituto Nacional o el Carmela Carvajal de Prat, llega a las aulas universitarias. Una realidad que contrasta fuertemente con lo que ocurre en la educación municipal en general. De este sector, la proporción de estudiantes que logran un cupo en los planteles del Consejo de Rectores no supera el 20%.
En el proceso de admisión 2006, por ejemplo, más de 50 mil alumnos provenientes de colegios municipales rindieron la PSU; de éstos, postularon poco más de 17 mil pero sólo 10 mil se matricularon en alguna de las 25 instituciones. El mismo año, el 71% de las alumnas del Carmela Carvajal y el 65% de los estudiantes del liceo Lastarria obtuvieron una vacante en la educación superior. En el Instituto Nacional, la cifra llegó al 75%.
Estas son tres historias de jóvenes que, tras ingresar a estos liceos, desafiaron todas las teorías educacionales, especialmente aquellas que dicen que los estudiantes con menores libros, sin escritorio o computador y con padres sin educación universitaria, tienen peores posibilidades.
