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LA TERCERA, 04 diciembre de 2006.
Por: Marisol Olivares

Se pusieron o pasaron de moda, aumentó la demanda, crecieron o disminuyeron en prestigio, cambiaron las expectativas laborales o las universidades privadas las dictaron en masa. Estos son los factores que inciden en que una carrera baje o suba sus puntajes de ingreso. Durante la última década, los planes universitarios que tradicionalmente son más demandados registran variaciones significativas. Son las consecucncias de un mercado que se continúa expandiendo.

En las carreras del área humanista prácticamente todos los programas disminuyeron su nivel de ingreso en primer año: el caso más llamativo es Periodismo, una carrera que gozó de gran pupularidad, cuenta con un alto nivel de oferta y tiene el mayor porcentaje de personas menores de 35 años trabajando en el mercado. Al analizar lo que sucede con las tres universidades que tradicionalmente reciben los mejores puntajes de ingreso, de acuerdo a los registros del AFI (Aporte Fiscal Indirecto), en 10 años disminuyó en más de 70 puntos su ingreso. Si en 1996 el último matriculado tenía 652 puntos en la pruebas de selección de lenguaje y matemáticas este año la cifra sólo alcanzó los 570. La U. de La Serena, por ejemplo, obtuvo 451 puntos, mientras que en 2002 fue de 503. En el caso de la U. de Chile, el 2000 cerró en 701,5 y este año en apenas 570. Según Jorge Manzi, integrante del Comité Asesor del Consejo de Rectores, se trata de un plan en el que los mismos profesionales han hablado de saturación laboral, por lo que sobre todos los buenos puntajes que antes la elegían, ahora la asumen como un riesgo y buscan nuevas alternativas.

Las carreras de Ciencias Sociales han disminuido sus puntajes, mientras que las de Salud y Matemáticas han aumentado, en respuesta al mercado laboral.

Otra que ha sufrido una baja considerable es Derecho. Si bien al analizar las tres universidades antes mencionadas sólo disminuye siete puntos, la situación cambia cuando se observa lo que ocurre a nivel nacional. En la Universidad de Tarapacá, por ejemplo, una persona que obtiene en la PSU 486 puntos puede comenzar a cursarla. Y en las grandes casas de estudio de Santiago también se siente el descenso: en el 2000 se exigía en la PUC un mínimo de 686, el 2005 cerró en 618.

Arquitectura es otra que registra una baja notoria. El 2003 en la PUC el puntaje de ingreso mínimo fue de 702 puntos, en el 2005 llegó a 651.

Para Manzi, esto no es necesariamente algo negativo. Si bien un menor nivel de puntaje entre quienes ingresan a una carrera podría interpretarse como un deterioro en la calidad de los profesionales, no hay que dejar de lado el rol de la enseñanza universitaria, la que es en definitiva la más importante: El puntaje no es tan determinante en el ejercicio posterior de la carrera, explica.

Carreras que suben su puntaje

En Chile se está dando la tónica de los países desarrollados: el envejecimiento de la población ha aumentado la demanda por planes de salud y no sólo en las siempre requeridas Medicina y Odontología, también en las paramédicas como Enfermería y Kinesiología. Esto se ha traducido en aumento de vacantes y puntajes de admisión: en Medicina el último ingresado en 1996 tuvo 702 puntos, este año la lista cerró en 748,8. En Kinesiología el paso fue de 650 a 680 y en Enfermería de 600 a 630 puntos.

En la última década los puntajes de ingreso han variado significativamente: en ciencias sociales bajaron más de 70 puntos, mientras que en el área de salud siguen la tendencia de subir la exigencia.

En Matemáticas y Administración se ha conservado la misma demanda de hace 10 años y los puntajes siguen en alza: Ingeniería Civil pasó de 633 a 650 e Ingeniería Comercial de 629 a 650. Los únicos planes humanistas donde crece el puntaje es en Sociología y Antropología.

Las únicas que no han experimentado mayores cambios son Agronomía y Educación, cuya demanda se ha mantenido constante, y se acercan a un estilo de vida y vocación.

Según estudio de la Universidad Tecnológica Metropolitana

El fenómeno regional

El mayor descenso en los puntajes de ingreso de las universidades del Consejo de Rectores lo experimentan las instituciones de provincia. Al crecer la oferta en la capital, con la expansión de planteles privados, muchos buenos alumnos prefieren continuar con sus estudios en Santiago que trasladarse a regiones, dicen los analistas.
De cierta forma, esto ha sido clave para que la composición del alumnado en las universidades haya cambiado radicalmente en las últimas décadas en cuanto a su procedencia.
Según el estudio Atractividad y posición competitiva, publicado por la Utem, la principal matrícula que presentan las universidades del Consejo de Rectores de provincia, son precisamente la de estudiantes que habitan en su misma región. A modo de ejemplo, en 2003 el 83,58% de los que entraron a estudiar a la Universidad de Tarapacá provenían de la I Región. Al otro extremo del país, en la Universidad de Magallanes, el 85,25% de su matrícula es de Punta Arena o sectores aledaños. En la Región Metropolitana sucede lo mismo, entre el 80% y el 90% de los estudiantes de las distintas universidades capitalinas son de Santiago


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