LA TERCERA, Lunes 29 de enero de 2007.
Por : Sofía Otero C.
Durante la última década la evaluación docente por parte de los estudiantes se ha popularizado en todos los planteles, transformándose en una práctica obligatoria que es requisito para tomar ramos o rendir exámenes. ¿El resultado? Un promedio de 8% de reprobación entre los profesores universitarios, siendo la cifra más alta un 14% y la más baja un 2%.
El principal motivo es que un buen profesional no tiene por qué ser un buen profesor. Muchas universidades cuentan con expertos en distintas áreas que no necesariamente tienen la pedagogía para transmitir conocimientos. Y eso los estudiantes lo resienten. Así también un académico de trayectoria puede quedarse en didácticas antiguas y poco estimulantes. Por eso, la mayoría de las universidades tiene sistemas en los que los alumnos evalúan a sus profesores al final de cada semestre en aspectos como manejo de conocimientos, tecnología, disponibilidad para atender consultas dentro y fuera de la clase, asistencia y metodología de evaluación.
Las exigencias de los universitarios son comunes: piden que los profesores cumplan con sus plazos, reglas y programas. “Una vez, un conocido poeta dictó un taller en mi carrera. Pedía trabajos que no corregía y no llegaba a clases. Al final la rabia era tal que pegamos las encuestas docentes en los murales de la universidad para que los otros alumnos no tomaran el ramo”, cuenta la ex alumna de Letras de la UC Javiera Cifuentes.
La preocupación por mejorar el desempeño en las aulas es tal, que actualmente las universidades están perfeccionando su personal con la apertura de centros de apoyo para los académicos (ver recuadro). “Hacemos un seguimiento a los profesores para ver qué van a enseñar y cómo lo van a enseñar. Desde este año, incluso, hemos hecho filmaciones voluntarias de clases para analizar dónde hay que hacer mejorías”, cuenta Florencia Jofré, directora de Docencia de la U. del Desarrollo.
Qué valoran
El cumplimiento de horarios y plazos, la transparencia a la hora de evaluar y la disponibilidad para atender a los alumnos son los aspectos de los académicos más valorados por los estudiantes.
Según un estudio de la Vicerrectoría Académica de la Universidad de Chile, los estudiantes dan más importancia a lo administrativo por sobre lo académico y a la capacidad de planificación que su quehacer académico. Por ello, valoran más que el docente cumpla sus horarios y programas y que comente los resultados de sus evaluaciones. Aunque también es importante el tener el don de encantar a los estudiantes: “Los alumnos nos recuerdan la vieja verdad según la cual un buen profesor es quien logra transmitir con claridad y entusiasmo lo que sabe. Finalmente, la capacidad de sorpresa es la base del trabajo intelectual en el que se entrena a los alumnos”, opina Carlos Peña, vicerrector académico de la Universidad Diego Portales.
La cercanía profesor-estudiante, esto es que el docente esté disponible en su correo electrónico para resolver dudas, también es un tema trascendente, sobre todo en las universidades privadas, donde existen más profesores con media jornada, lo que dificulta el contacto directo.
Los otros criterios
Pero los estudiantes no se conforman sólo con opinar, sino que buscan que los resultados de las encuestas se publiquen y que tengan consecuencias. La UC y la UDD han sido pioneras en ese sentido, pues la primera los publica en las facultades más grandes, como Derecho, Ingeniería y Medicina, y espera ampliarlo a partir de 2007 a todas las carreras. Y la segunda lo hará también a contar de 2007. “Los alumnos tienen derecho a informarse sobre los profesores. Si el estudiante conoce los resultados de la encuesta puede decidir mejor con qué profesor le conviene tomar un ramo”, explica Marianov.
Sin embargo, las universidades son cautelosas con la opinión de los estudiantes. “Lo que el alumno dice no siempre es la realidad. Si les va mal en el ramo pueden castigar al profesor. Y aunque, en general, hay poca venganza, nosotros cruzamos la evaluación con el rendimiento del curso”, explica la directora de Docencia de la UDD. Por eso, una mala evaluación no se traduce inmediatamente en despido. “No vamos a echar a una persona sólo porque el alumno le pone mala nota. También hay que considerar las publicaciones del profesor, si dirige tesis de posgrado, o si ha ganado proyectos de investigación”, explica el director de Desarrollo Académico de la UC, Vladimir Marianov. “Pero si un profesor presenta malas evaluaciones del alumnado por más de un año puede ser exonerado. Si constantemente hay problemas en esta área no puedes ser profesor”, sentencia.
Centros de desarrollo docente: La idea de la evaluación docente es que el profesor conozca sus debilidades para planificar su perfeccionamiento. Para ello, algunas universidades cuentan con sedes especializadas en el desarrollo de los profesores universitarios, donde los docentes pueden recurrir para mejorar el manejo del curso y cumplir con las expectativas de los alumnos. En la UC comenzó a funcionar desde este año el Centro de Desarrollo Docente, donde se dictan cursos y talleres sobre metodología de la enseñanza y los profesores pueden solicitar un coaching durante un semestre para mejorar su técnica en el aula. En la Universidad del Desarrollo funciona el Centro de Desarrollo de la Docencia, encargado de implementar el modelo educativo del plantel y capacitar a los profesores. Allí se realizan focus groups con los alumnos para evaluar el funcionamiento de los ramos clave de cada carrera. Y cuando un profesor presenta una evaluación deficiente, es citado para darle ayuda y acompañamiento durante el semestre. La Universidad de Chile también cuenta con una Unidad de Desarrollo y Perfeccionamiento Docente, que desde el año 2000 brinda programas de perfeccionamiento de formación pedagógica, creados a partir del diagnóstico realizado por la propia universidad que reconoce tener un alto nivel en sus disciplinas, pero un déficit en la formación pedagógica |