Fecha de edición: 20.02.2008
El consejero regional del PPD, Pedro Saitz, exigió al ministerio de Educación que se realice un test de drogas a alumnos de escuelas municipalizadas y que este examen se promueva en las salas de clases.
La iniciativa es tajantemente rechazada por el Consejo Nacional de Control de Estupefacientes (Conace), quienes creen que realizar el test en las salas de clases no tiene ningún sentido si no viene de la mano con la prevención. Aseguran que una medida así se toma cuando están rotas todas las confianzas y serviría sólo para estigmatizar a quienes den positivo. Además, recalcan que esa no es una tarea que le corresponda decidir a las autoridades de los colegios, sino a los padres o familia directa de los menores.
«Me parece que hay una muy buena intención, pero el recurso para prevenir no es el adecuado. Estamos poniendo en riesgo a partir de una suerte de prueba lo que es el derecho a la educación de los niños y me parece que hay que entender que la aplicación de este tipo de instrumento, es el final de una serie de distancias entre padres y los hijos y una muestra de que se han roto las confianzas básicas en la familia», explica René Donoso, jefe del área técnica de prevención de drogas del Conace.
Donoso insiste en que este instrumento es una señal de una relación deteriorada, donde hay puentes cortados y se utiliza de parte de los padres como una forma de cerciorarse de las dudas que tienen respecto a los hábitos de consumo de sus hijos.
Insiste en que no es aplicable como una política general, porque legalmente no debiera estar permitido que este tipo de test se realice sin la debida autorización de los padres o familiares a cargo, tomando en cuenta que se trata de menores de edad.
Dijo también que le gustaría que el ministerio de Educación diera su opinión y si está de acuerdo o no con este planteamiento.
«Pensamos que hay que hacer otras cosas, como fomentar la comunicación entre padres e hijos. Sostenemos también que el uso de estos instrumentos deben estar rodeados en un contexto más terapéutico. Si el test es aplicado y dice sí, qué es lo que viene, quién lo resuelve, qué puede resolverse en esa condición, quién va a reponer esas confianzas».
«Los padres sienten la misma preocupación que los jóvenes por problemas de drogas y alcoholismo. Pero hoy se puede, desde la casa, saber si un hijo es consumidor o no», dice Pedro Saitz, el promotor de esta iniciativa que exige que el Ministerio de Educación incentive el test en las salas de clases, consignó Terra.
Agencia Orbe
