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En sus inicios, difícilmente se habría podido prever que el movimiento estudiantil que comenzó con algunas protestas el 4 de mayo de 2006 en Santiago, desembocaría en el mayor paro nacional de la educación en el país desde 1972.

Desde la gratuidad del pase escolar y de la Prueba de Selección Universitaria (PSU), de las demandas originales, casi un mes después se habla de una gran reforma al sistema educacional chileno. 

La Asamblea Coordinadora de Estudiantes Secundarios (Aces) era la agrupación encargada de convocar a las marchas estudiantiles.

Desde la primera oleada de manifestaciones callejeras, la organización comenzó a exigir cambios al sistema educacional, lograron conectar con una convicción generalizada de la sociedad respecto de la mala calidad de la educación en el país. Entre sus demandas principales se encontraba la derogación de la Ley Orgánica Constitucional de la Educación (Loce), y cambios a las pruebas de acceso a la educación superior, PSU.

Las demandas, se podían sintetizar en cinco áreas: gratuidad de la tarifa escolar y de las PSU, pase escolar nacional y reforma a la jornada escolar completa y a la Ley de Enseñanza (Loce).

El diálogo

En medio de las movilizaciones, el Ministerio de Educación (Mineduc) accedió a dialogar con los dirigentes estudiantiles. La primera reunión no fructificó ya que de unos 30 dirigentes que se estimaba participarían en la ella, llegaron cerca de 200, quedando un centenar de ellos sin poder ingresar.

Tras no llegar a acuerdos, los estudiantes movilizados acordaron dividirse en seis zonales, cinco de la Región Metropolitana y una del resto del país; con cuatro representantes de cada grupo en la siguiente mesa de conversaciones.

Hasta entonces, el gobierno había accedido a considerar a proposición la gratuidad del pase escolar (que entonces costaba $2.600 pesos, cerca de USD 3) para todo el país, descartando la gratuidad del valor del pasaje, por su alto costo. También aceptó financiar la inscripción a la PSU de los alumnos que estén en los tres primeros quintiles de ingresos (es decir, cuyo ingreso familiar dividido por el número de integrantes del grupo sea de $ 106.000, menos de USD 130).

Tras las conversaciones, el gobierno se abrió a reformar la Jornada Escolar Completa (JEC), así como también a aumentar las raciones alimenticias para la enseñanza media. A ello se sumó el apoyo de parlamentarios de todos los sectores para cambiar la Ley de Enseñanza (Loce),

Finalmente, y luego del fracaso de la primera ronda de diálogo, los estudiantes hicieron un llamado a paro nacional, para el martes 30 de mayo de 2006.

A la convocatoria adhirieron más de  500 mil estudiantes, paralizando el 46,7% de los establecimientos en el país.

La jornada finalizó con disturbios a nivel nacional, que además causaron la suspensión de la segunda ronda de conversaciones entre dirigentes estudiantiles y el entonces ministro de Educación, Martín Zilic.

Estudiantes versus gobierno

  • PSU: que la inscripción sea gratuita. El gobierno quiere acotar beneficio sólo a los más pobres.
  • Tarifa escolar: Solicitaban gratuidad, tal como pasa con la Enseñanza Básica, pero La Moneda lo descartó por su alto costo.
  • Pase escolar: Requerían una solo tarjeta de viajes a nivel nacional.
  • Jornada Escolar Completa (JEC): Solicitaban reformas a esta modalidad de estudios. El gobierno accedió a su revisión, sin realizar cambios.
  • Ley Orgánica Constitucional de Enseñanza (Loce): Tanto el Gobierno como parlamentarios y estudiantes movilizados buscaron vías de mejora.

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