El hombre desde tiempos remotos trató de conservar los alimentos para que no se descompusieran rápidamente. Alejandro Magno, rey de Macedonia, construyó grandes cámaras frigoríficas subterráneas, para mantener la comida de su ejército durante el ataque a la ciudad de Petra (329 a.C.) y en la antigua Roma, se usó hielo traído desde las montañas, para enfriar las bebidas y los víveres.
Pero a medida que pasó el tiempo, surgió la necesidad de descubrir un aparato que refrigerara los productos y los conservara durante un largo período. Así fue como, en 1784, William Cullen construyó la primera máquina para enfriar. En 1859, el francés Ferdinand Carré fabricó el primer aparato frigorífico por absorción, con amoniaco como gas refrigerante. Luego, en 1879, el ingeniero alemán Karl von Linde creó el primer refrigerador doméstico.
A comienzos de la década de 1920, nacieron los refrigeradores eléctricos, cuando dos suecos, Carl Munters y Balzer von Platen, inventaron uno con compresor que estaba accionado por un motor eléctrico. En esa misma época, Thomas Midgley descubrió el freón, un gas conocido genéricamente reemplazó al amoniaco.
Este empezó a ocuparse en todas las máquinas de enfriamiento, pero hace algunos años se demostró que era uno de los principales causantes de la destrucción de la capa de ozono. Por ello, en la actualidad, está restringido y se usan otros compuestos orgánicos y, además, se está ensayando el uso de mezclas de hidrocarburos como el propano y el butano.
Conservación de los alimentos
Al guardar la comida en el refrigerador se frenan dos causas de su deterioro: la proliferación de hongos y bacterias y la descomposición química (por la interacción del agua). Pero esto es por un tiempo, ya que el desarrollo de los microorganismos solo se estanca. Asimismo, la descomposición química se reduce notablemente, pero no se detiene en su totalidad, así, igualmente los alimentos se echan a perder si no se ocupan antes que esto suceda.
La vida de las frutas y verduras varían de acuerdo con su velocidad de respiración y el desprendimiento de calor. Por ejemplo, las cebollas, las papas y las uvas, tienen velocidades de respiración bajas, por lo que duran más tiempo; las manzanas, las lechugas, las arvejas, las espinacas y el choclo liberan mucho calor, por lo que perduran menos. En el proceso de congelación, los alimentos debieran envolverse cuidadosamente para protegerlos de la acción del aire y los microorganismos.
Descongelación de los alimentos
Lo primero que hay que tener claro es que, al momento de descongelar, no es recomendable volver a congelar un alimento, porque en este proceso se desarrollan y multiplican con facilidad las bacterias. Además, el sabor, la textura y el valor nutritivo pueden cambiar.
En algunos productos, como el pescado, se aconseja la descongelación lenta. Mientras que en otros, como la mayoría de las verduras, es bueno cocinarlas sin previa descongelación. Por regla general, cuando hay tendencia a la pérdida de líquidos es mejor la descongelación lenta para dar tiempo a los tejidos de reabsorber los líquidos. En el caso de las frutas se aconseja consumirlas en cuanto se hayan descongelado, o mejor servirlas cuando estén todavía un poco heladas.
También, se ha demostrado la conveniencia de descongelar los productos directamente en el envase, porque conservan sus vitaminas.
Consejos de eficiencia energética
Para mejorar la eficiencia en el uso de la energía, acá te damos algunos datos útiles:
– Limpiar regularmente los sellos de las puertas para que cierren bien y así evitar filtraciones. Esto permite aislar y conservar por más tiempo la temperatura interior del refrigerador.
– Descongelar periódicamente el «freezer», para impedir la formación excesiva de escarcha, así se ayuda a que el consumo de energía de este aparato sea menor.
– Ubicar el refrigerador en un lugar fresco, lejos de la luz del sol, cocinas o estufas. También se debe ubicar de tal forma que el aire circule libremente alrededor de este.
– Verificar que la puerta esté bien cerrada, ya que así se consume menos energía y se mantiene la temperatura interna prefijada.
– Planificar por adelantado qué ingredientes se van a ocupar y luego sacarlos de una sola vez.
– No poner líquidos destapados en el refrigerador, ya que estos emanan vapores que se añaden a la carga de trabajo del compresor.
– Evitar poner en el refrigerador alimentos calientes. Déjelos reposar para que baje su temperatura y luego colóquelos en el refrigerador.
– Regular el termostato del refrigerador en el valor que corresponda, con el fin de evitar que los alimentos se enfríen más de lo necesario.
Refrigerador por absorción
En el año 2000, en Alemania, se realizó el primer prototipo de un refrigerador que mantuviera los alimentos por más tiempo, en lugares donde es escasa la disponibilidad de una red eléctrica. El funcionamiento se basó en un ciclo termodinámico de absorción, utilizando como refrigerante agua y como absorbente el mineral zeolita.
Grados de refrigeración
El refrigerador mantiene los alimentos entre 1 y 7 °C durante días e incluso semanas y el congelador los conserva entre 23 y 12 °C bajo cero hasta unos seis meses.
Refrigerador con TV, internet, radio y Mp3
Ahora el usuario ya no se aburrirá más en la cocina, ya que desde hace un tiempo se encuentra en el mercado un refrigerador con pantalla LCD, altavoces, conexión a Internet, televisor, radio y lector de MP3. Estas funciones no excluyen su uso normal, ya que este aparato sigue manteniendo en los alimentos el sabor y el valor de sus nutrientes, mediante el sistema de enfriamiento rápido o «jet freezing».
Wine cellar
Son refrigeradores especiales para el almacenamiento y la conservacion apropiada de los vinos. Poseen un sistema termoeléctrico, ya que al no usar compresor disminuyen el ruido y las vibraciones, previniendo la formación de burbujas de aire dentro de las botellas. La temperatura ideal para conservar vinos que estarán un tiempo prolongado es de 13 °C. Mientras que los vinos que se encuentran listos para servir deben estar entre los 4,5 a 18,5 °C.
Greenfreeze
Es un sistema de refrigeración que no daña la capa de ozono. Desde hace más de una década, la organización ecologista Greenpeace inició el desarrollo de los refrigeradores «Greenfreeze». Estos aparatos, que utilizan gases naturales como el ciclopentano en la espuma aislante y el isobutano como refrigerante, son totalmente inofensivos y no dañan la capa de ozono ni contribuyen al calentamiento global. En Europa, varias marcas de electrodomésticos comercializan estos modelos.
Criogenización
Es una técnica de congelamiento que se utiliza para preservar tejidos y células germinales. Es una método de congelación a muy baja temperatura, alrededor de 196 ºC bajo cero. Se utiliza para la conservación de tejidos o células germinales y para mantener embriones para fecundación artificial. También esta técnica es usada para tratar de alargar la vida. Aunque no ha estado exenta de polémicas, varias personas han pedido que tras su muerte, se les congele, a la espera de que en un futuro existan los conocimientos necesarios como para resucitarlos.
Sistema «no frost»
Conserva los alimentos por más tiempo, sin un congelamiento excesivo. Suprime la tarea de descongelación del «freezer». Los congeladores que no poseen esta técnica tienen que deshelar por lo menos dos veces al año, porque se produce la formación de escarcha debido a que solo el calor se extrae del interior, pero no la humedad del aire. El sistema “no frost” enfría el calor del aire y la humedad la evapora de manera automática dentro del aparato, evacuando el agua de condensación hacia un recipiente que está encima del compresor.
Refrigerador portátil
Mantiene frescos las bebidas y los alimentos en cualquier lugar que se encuentre. Sirve para transportar alimentos o bebidas que necesiten frío o bien mantenerse calientes. A pesar de su pequeño tamaño, tienen una capacidad que va entre los 12 y los 40 litros, pueden conseguir enfriar a 20 °C por debajo de la temperatura ambiente o también calentar hasta los 65 °C. Estos aparatos pueden conectarse a 12 voltios en la batería de un auto, a corriente eléctrica (230 voltios) o se puede empalmar a un balón de gas.