Pues si bien la invención del cepillo de dientes moderno, fabricado con cerdas de porcino, se le atribuye a los chinos durante la Dinastía Tang (618-907 D.C.), fue en la antigüedad cuando las personas comenzaron a masticar ramitas de plantas con grandes propiedades aromáticas para limpiar sus dientes.
Los árabes antes del Islamismo, utilizaban ramas del árbol de arak (Salvadora Pérsica ) cuyas fibras se mantenían como cerdas. Las llamaron siwak o misswak, y en el siglo VI Mahoma dictó las reglas para la utilización de estos «implementos», convirtiéndose en una obligación religiosa. Se recomendó que se usaran en la lengua, en las superficies bucales y se llevaran dentro de los espacios interdentarios.
Los africanos también consideraban importante la limpieza bucal, quienes masticaban palillos que tenían aceites y taninos antibacterianos.
En 1780, en Inglaterra, Williams Addis fabricó el primer cepillo dental eficaz que tenía un mango de hueso y cerdas naturales de porcino. A principios de 1900, el celuloide empezó a sustituir al hueso y, durante la Segunda Guerra Mundial, las cerdas naturales se reemplazaron por nylon, que en un principio eran muy rígidas, características que la tecnología ha ido mejorando hasta hacerlas flexibles, suaves y resistentes.
Prof. Dra. Andrea Werner. Directora de Especialidad Megasalud. Facultad de Odontología Universidad de Concepción.