Su principal característica fue la concesión de feudos o territorios que el monarca otorgaba a los vasallos que se hubieran destacado en la guerra o en otra forma de servicio. Pero esta donación no obedecía solamente a la generosidad de los soberanos, sino que constituía una manera de asegurar la defensa y la unión del reino. Su entrega se suscribía durante la realización de un acto de gran solemnidad que se dividía en tres etapas: homenaje, juramento de fidelidad e investidura.
Mediante el homenaje y la investidura quedaban establecidas obligaciones recíprocas, dentro de las cuales el vasallo noble debía cumplir con las de ayuda y consejo. La ayuda era el servicio militar, y como los señores feudales contaban con muchos vasallos campesinos, se aseguraban las fuerzas necesarias para su defensa. El consejo comprendía la ayuda en pleitos donde el noble servía como juez.
La iglesia en la Edad Media
Es difícil comprender la Edad Media sin conocer la relevancia que la Iglesia tuvo en esta época. Por esta razón, debes saber que en este período histórico todo el mundo occidental aceptaba la fe y las creencias de la Iglesia como verdades absolutas, y quienes se atrevían a cuestionarlas llegaban a ser sometidos a severos castigos.
La Iglesia era una institución muy bien organizada. A la cabeza se encontraba el Papa, representante de Jesucristo en la Tierra; después, y en grados menores, se situaban los arzobispos, obispos y sacerdotes.
En este período, los papas contaron entre sus conquistas la independencia de la Iglesia de la monarquía, y el intento de transformarse en autoridades políticas universales para gobernar igual que reyes y emperadores.
El clero desempeñó un papel muy importante, imponiendo el principio del orden, prestando ayuda a los más débiles y conservando los restos de civilización grecolatina, pues gran parte de ella había sucumbido ante los ataques bárbaros.
Los países cristianos se encontraban divididos en diócesis, cada una de las cuales era dirigida por un obispo. Los obispos, sacerdotes y párrocos vivían entre los fieles, y por eso se les denominaba seculares o seglares (pertenecientes a la sociedad). Junto al clero secular existían los llamados regulares o monjes, que habitaban en los monasterios o abadías y cuya forma de vida se regía por reglas muy estrictas.
La agrupación de estos monjes se conocía como orden, siendo las más conocidas la de los benedictinos, fundada por San Benito en el 529, que sirvió de modelo a las demás órdenes. Su labor intelectual fue muy destacada, puesto que cada día debían destinar dos horas a leer y escribir.
Otras órdenes fueron
Los franciscanos, basada en el ideal de humildad de Francisco de Asís, hijo de un comerciante italiano que recibió el mandato divino de abandonar las comodidades de la vida para ayudar a los más pobres. Fue fundada en 1209.
Los dominicos, cuya principal orientación estuvo dirigida hacia la enseñanza y el estudio teológico en las universidades.
La labor de los regulares se extendió, asimismo, al ámbito de la asistencia social, pues eran ellos los encargados de preocuparse de las condiciones de vida de los pobres, enfermos, viudas e indigentes. Para tal efecto se crearon numerosos hospitales o casas de Dios. Fue fundada en 1206.
Como ya dijimos, los regulares tuvieron honda repercusión en la enseñanza y la cultura. De hecho, todos los textos y libros que se conservan de la literatura latina proceden de los manuscritos copiados por ellos, así como también las crónicas que nos narran las formas de vida durante la Edad Media.
Las escuelas públicas, cuyos conocimientos eran impartidos por los regulares en latín, hicieron posible que personas de muy baja condición económica pudieran educarse y aprender materias como gramática, aritmética, astronomía y música.
A fines del siglo XI (Salerno) y en el siglo XII (Bolonia, París y Oxford) surgieron las universidades en Europa, como consecuencia de la evolución de las escuelas eclesiásticas.
Por qué se adoptó el feudalismo
Con la desintegración del imperio carolingio, Europa quedó expuesta a la anarquía, debido a la enorme cantidad de señores que gobernaban a sus pueblos con completa independencia respecto de cualquier autoridad soberana. Los vínculos feudales devolvieron cierta unidad, dentro de la cual los señores renunciaban a parte de su libertad, lo que era necesario para lograr una cooperación eficaz.
Bajo la dirección de sus señores feudales, los vasallos pudieron defenderse de sus enemigos, y más tarde crear principados feudales de cierta importancia y complejidad.
¿Sabías que?
El Papado, es decir el gobierno de la Iglesia, se organizó durante la Edad Media. Las catedrales comenzaron a construirse en la Alta Edad Media.
El feudalismo reconocía dos valores esenciales: el hombre y la tierra