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Si las fuerzas diastróficas ejercen una presión lateral, se originan los plegamientos, que ocurren en zonas de rocas sedimentarias que poseen la suficiente plasticidad como para doblarse.

En los plegamientos es posible observar estratos deprimidos, que se sienten hacia la parte media y reciben el nombre de sinclinales.

Las fallas

Cuando las rocas tienen escasa plasticidad, al verse afectadas por las fuerzas diastróficas en vez de presentar plegamientos van a fracturarse. Es por esta razón que hay áreas donde se presentan fracturas de nivel debido a fuerzas diastróficas verticales, que en geografía se conocen como fallas. Esto provoca una parte elevada y una parte hundida. El plano de ruptura se denomina falla y el valor de desnivelación es el salto de falla.

Dependiendo de la forma en que se produzca el desplazamiento de los bloques fracturados, las fallas pueden ser normales, escalonadas, horizontales e invertidas. Si hay un bloque estrecho elevado entre dos fallas normales, el fenómeno se llama horst o pilar. Si se trata de un bloque estrecho hundido entre dos fallas normales se denomina graben o fosa.

Alertan por nuevas fallas estructurales en Machu Picchu

Una entidad geológica oficial de Perú, advirtió sobre cuatro fallas en la estructura de Machu Picchu, provocadas por las lluvias. La alerta sobre el estado de la mítica fortaleza sagrada, construida en el siglo XV en la cima de una montaña del sudeste andino, figura en un mapa de peligros elaborado por el Instituto Geológico, Minero y Metalúrgico de Perú.

Las fallas fueron detectadas en El Torreón, el templo principal, el observatorio solar Intihuatana y el templo de las Tres Ventanas, debido a los efectos de las lluvias que caen en forma periódica sobre la ciudad, según manifestó Víctor Carlotto, director geocientífico de la institución.

El investigador descartó que se pueda producir un «gran deslizamiento» en el lugar, pero reclamó prioridad para atender estos problemas por el riesgo de que sí puedan ocurrir deslizamientos pequeños.

«En la época inca también llovía, pero había techos y sistemas de drenaje. Ahora no hay techos y los drenes están destruidos, entonces el agua penetra y el suelo se hace menos resistente», explicó Carlotto.

En tanto, Pedro Pablo Alayza, miembro de la Comisión de Arqueología del Instituto Nacional de Cultura, señaló que «hay sistemas de drenaje, pero son insuficientes debido a la intensidad de las lluvias».

El año 2000 una misión de científicos japoneses alertó sobre el peligro real de derrumbes si es que no se revertía la situación y se protegían mejor los sistemas de drenaje para evitar que el agua se empoce tras las lluvias.


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