Las estadísticas demuestran que la población en Chile ha aumentado a un ritmo acelerado, pues si a fines del siglo XIX alcanzaba a una cifra cercana a 2,7 millones de habitantes, en el último Censo (2012) se registró un poco más de 16,6 millones (exactamente 16.634.603 habitantes). Es decir, la población se sextuplicó.
Este aumento se relaciona directamente con la disminución de la mortalidad y el aumento de la esperanza de vida, que en promedio alcanza a los 76 años, mientras que hacia 1920 era de 32.
En la actualidad, la tasa de natalidad presenta valores cercanos a los 20 nacidos vivos por cada mil habitantes en un año, mientras que cien años atrás era de 38 por cada mil. Si bien es cierto están naciendo menos individuos, proporcionalmente a esto se ve que la tasa de mortalidad es menor. De hecho, a comienzos del siglo XX, la tasa de mortalidad era de 32 por cada mil, y en la actualidad es de 6 por cada mil. Esto confirma que la población chilena creció debido a un descenso de la mortalidad.
Sin embargo, los datos del 2002 permiten afirmar que la población chilena, durante la última década, creció a un ritmo anual de 1,2%, lo que resalta la tendencia a la disminución del ritmo de crecimiento que se venía experimentando, pues en el período 1982-1992 el aumento promedio anual era de 1,6%.
Con respecto a la distribución de nuestra población por edad, esta muestra una transición hacia el envejecimiento demográfico. Así, el peso relativo de la población mayor de 5 años disminuye, mientras que el de los adultos, y especialmente el de los ancianos, aumenta.
En cuanto a la densidad poblacional (relación entre la cantidad de habitantes y el espacio que ocupa), en 1992, era de 17,6 habitantes por km² y en el 2002, la cifra subió a 19,9 habitantes por km² .