Producto del relieve, del clima y de las asociaciones vegetacionales como la unión de los bosques esclerófilo y caducifolio, la flora y fauna en esta región son bastante variadas y abundantes, existe una diversa biogeografía de la Región del Maule.
Las características de la flora y fauna de esta región son similares a la de la Región de O`Higgins. Sin embargo, en el Maule aumenta la población de especies adaptadas a ambientes húmedos.
Biogeografía de la Región del Maule
– Sector oeste de la Cordillera de la Costa: aquí el bosque esclerófilo (que nace en la Región de Valparaíso) es reemplazado lentamente por el bosque caducifolio costero, donde abunda gran cantidad de especies vegetales.
Algunas de especies vegetales más representativas son: Hualo (Nothofagus glauca), Maqui (Aristotelia chilensis), Maquicillo (Azara patiolaris), Roble (Nothofagus obliqua), Coigüe (Nothofagus dombeyi), Ruil (Nothofagus alessandrii), Corontillo (Escallonia pulverulenta), Avellano (Gevuina avellana), Mayo (Sophora macrocarpa), Piñol (Lomatia dentada), Mañío de hojas largas (Podocarpus saligna), Arrayán (Luma apiculata).
Además se puede encontrar Palmilla (Blechnum auriculatum), boqui blanco (Boquila trifoliolata), Pilpil boqui (Cissus striata), Lluvia de oro (Cytisus monpessulanus), Rarán (Myrceugenia obtusa), Zarzaparrilla (Ribes punctatum), Laurel (Laurus nobilis) y Colliguay macho o Lechón (Adenopeltis serrata).
En tanto, la fauna en este bosque es escasa, solo se encuentran algunos mamíferos, destacando la laucha de pelo largo (Abrothrix longipilis), la Laucha olivácea (Abrothrix olivaceus), el Degú de Bridges (Octodon bridgesi), el Lauchón orejudo (Phyllotis darwinni).
También es posible encontrar al Coipo (Myocastor coypus), el Murciélago plomizo (Lasiurus borealis), el Zorro chilla (Pseudalopex griseus), el Quique (Galictis cuja), el Gato colocolo (Lynchailurus colocolo) y el Pudú (Pudu pudu).
También se pueden ver aves como la Torcaza (Columba araucana), la Lechuza (Tyto alba), la Tórtola (Zenaida auriculata), el Pitío (Colaptes pitius), el Carpinterito (Picoides lignarius), el Tijeral (Leptasthenura aegithaloides), el Comesebo (Pygarrhichas albogularis), el Chercán (Troglodytes aedon) y el Jilguero (Carduelis barbatus).
Biogeografía por sectores
– Sectores altos y vertiente este de la cordillera de la Costa: hay más aridez, por lo que la vegetación se compone de árboles grandes, mezclada con especies del bosque caducifolio y de un sotobosque muy desarrollado.
Entre las que más destacan están: el Espino (Acacia cavens), el Huañil (Proutia cuneifolia), el Maitén (Maytenus boaria), el Litre (Lithraea caustica), el Peum (Cryptocarya alba), el Boldo (Peumus boldus), el Quillay (Quillaja saponaria), el Temú (Blepharocalyx cruckshanksii), la Patagua (Crinodendron patagua), el Romerillo (Baccharis linearis), el Chagual (Puya chilensis), el Llantén (Plantago hispidula), la Tembladera (Briza minor) y el Oreganillo (Satureja gilliesii).
La fauna es parecida a la de la parte oeste, solo aparecen algunas aves predadoras como el Aguilucho (Buteo polysoma) y el Peuco (Parabuteo unicinctus).
– Área precordillerana y cordillerana: en la primera, el bosque caducifolio no tiene muchos cambios, solo aumentan su población el Arrayán (Luma apiculata), la Palmilla (Lomatia ferruginea), el Colliguay (Colliguaja salicifolia) y el Chequén (Luma chequen).
En la parte alta de este cordón montañoso, aparece el bosque caducifolio montano, que alcanza su máximo desarrollo en la Región del Biobío.
Las especies más típicas son: el Roble (Nothofagus obliqua), el Olivillo (Aextoxicon punctatum), el Coigüe (Nothofagus dombeyi), el Ciprés de la cordillera (Austrocedrus chilensis), el Hualo (Nothofagus glauca), el Canelo (Drimys winteri), el Raulí (Nothofagus alpina), el Pangue (Gunnera tinctorea), el Michay (Berberis actinacantha), el Avellano (Gevuina avellana) y el Palito negro (Adiantus sulfureum).
Entre la fauna, destacan mamíferos como el Monito del monte (Dromiciops gliroides), el Piche (Euphractus pichiy), el Colilargo de los espinos (Oligoryzomys longicaudatus), la Laucha olivácea (Abrothrix olivaceus), la Rata topo cordillerana (Chelemys macronyx), el Ratón sedoso (Euneomys chinchilloides), la Vizcacha (Lagidium viscacia), el Murciélago orejudo (Histiotus montanus), el Gato montés (Lynchaulurus colocolo) y el Puma (Puma concolor).
Entre las aves podemos encontrar el Águila (Geranoaetus melanoleucus), el Cóndor (Vultur gryphus), el Aguilucho de cola rojiza (Buteo ventralis), el Diucón (Pyrope pyrope), el Chercán (Troglodytes aedon), la Tortolita cuyana (Columbina picui) y el Minero cordillerano (Geositta rufipennis).
Zonas protegidas
La riqueza en biogeografía de la Región del Maule generó la necesidad de establecer zonas protegidas, a fin de resguardad su flora y fauna silvestre.
– Parque Nacional Radal Siete Tazas: el 6 de agosto de 2008 se publicó en el Diario Oficial el decreto N°15 del Ministerio de Bienes Nacionales, que estableció que esta reserva se transformaba en el primer parque nacional de esta región.
Este nuevo parque pertenece a la comuna de Molina, tiene 5.148 hectáreas y su principal atractivo son las siete caídas de agua del río Claro, que dan origen a enorme pozas, en un entorno rodeado de rocas basálticas y abundante vegetación endémica. También, se pueden apreciar las cascadas Velo de la Novia y La Leona.
– Reserva Nacional Laguna Torca: creada en 1996, se encuentra en la comuna de Vichuquén, a 120 km de Curicó. Tiene una superficie de 604 hectáreas y está dividida en tres sectores:
• Bosque Llico: está compuesto, principalmente, por dos especies introducidas (pino y eucalipto), que fueron plantadas en 1912 por el alemán Federico Albert para contener el avance de las dunas hacia el interior.
• Laguna Torca: está rodeada de totora, por lo que alberga a un centenar de aves, entre las que destacan los cisnes de cuello negro, los cisnes coscoroba, los patos colorado y los patos tagua.
• Islote Cerrillo: tiene dos hectáreas de superficie cubiertas por los últimos sectores de bosque esclérofilo.
– Reserva Nacional Altos de Lircay: está emplazado a 66 km de Talca en el sector cordillerano, rodeando la ribera norte del río Lircay. Fue creada en 1996 y abarca 12.163 hectáreas, donde es posible encontrar el bosque caducifolio montano, compuestos, principalmente, por robles, coigües, ruiles y cipreses de la cordillera.
En ella habitan mamíferos como pumas, pudúes y zorros culpeo, y aves como picaflores, torcazas y loicas.
– Reserva Nacional los Bellotos del Melado: creada en 1995, está ubicada en la precordillera de Linares y tiene 417 hectáreas.
Es uno de los escasos ambientes donde habita el Belloto del sur (Beilschmiedia berteroana), además de peumos y litres. En cuanto a fauna, se pueden encontrar aves como la Viudita (Knipolegus aterrimus) y el Chercán (Troglodytes aedon).
– Reserva Nacional Federico Albert: se encuentra en la comuna de Chanco (provincia de Cauquenes); cuenta con 145 hectáreas y fue creada en 1981. En sus bosques se pueden ver especies endémicas como boldos, maitenes, peumos, maquis y litres.
– Reserva Nacional Los Ruiles: situada en la cordillera de la Costa de esta región, tiene 45 hectáreas de superficie y fue creada en 1982. Está dividida en dos sectores, El Fin, en la comuna de Empedrado, y Los Ruiles, en la comuna de Chanco. Su principal objetivo es el resguardo del Ruil (Nothofagus alessandrii), uno de los árboles endémicos de la región que se encuentran con problemas de conservación.
– Reserva Nacional los Queules: creada en 1995, está localizada a 71 km de Cauquenes y tiene una superficie de 147 hectáreas. Posee una vegetación boscosa y árboles de gran tamaño como el Queule (Gomortega keule) y el Pitao (Pitavia punctata), que están con problemas de conservación.