La decisión de separar Palestina en un Estado judío y otro árabe, estuvo influida por los sentimientos de compasión mundial debido a la persecución y aniquilamiento que habían practicado los nazis contra los judíos durante la Segunda Guerra Mundial. Sólo quedó una pequeña área internacional en la que se incluyó a Jerusalén.
Unos pocos meses después, los ingleses abandonaron la zona y los judíos sionistas sitiaron Jaffa y Jerusalén. David Ben Gurión declaró el 15 de mayo de 1948 la creación del Estado de Israel, con capital en Tel Aviv, y asumió como su Primer Ministro.
En el cargo de Presidente fue designado Chaim Weizmann, quien dirigía el movimiento sionista mundial. (En 1950, Jerusalén occidental fue declarada capital de Israel. La parte oriental fue anexada en 1967 y 1980. Ambas partes, unificadas, son la capital del Estado. Sin embargo, la mayoría de los países mantienen sus embajadas en Tel Aviv, y su estatus de capital no ha sido reconocida internacionalmente).
Los árabes invadieron las zonas este y sur del nuevo Estado con fuerzas voluntarias provenientes de Egipto, Transjordania y Siria.
El sangriento choque sólo se detuvo a principios de 1949; los principales perjudicados fueron alrededor de 700.000 palestinos que tuvieron que abandonar el área y buscar refugio, apretujados en la franja de Gaza y en el lado occidental del río Jordán, el cual fue anexado por Transjordania.
Con el apoyo de Estados Unidos, Israel soportó los atentados terroristas palestinos hasta 1956, año en que derrotó a Egipto (quien quiso nacionalizar el Canal de Suez, de propiedad anglo-francesa) en la península del Sinaí, aunque con la ayuda de Inglaterra y Francia. Luego tuvo que abandonarla por la presión internacional, pero quedó desmilitarizada y controlada por fuerzas de las Naciones Unidas.