En el curso de los años siguientes, los árabes intentaron crear un movimiento amplio que los uniera. Con ese objetivo, Siria y Egipto formaron una República Árabe Unida en 1958, esperando incorporar a otros países. Sin embargo, esta agrupación, que intentó dirigir Gamal Abdel Nasser, Presidente de Egipto, fracasó, ya que surgieron conflictos entre los propios árabes.
Entre tanto, Nasser, conjuntamente con Siria, estableció relaciones con la Unión Soviética, la cual les proporcionó armas modernas y entrenó a sus soldados. La idea del Presidente de Egipto era aniquilar a Israel a través de esta cooperación; pero produjo el efecto contrario, ya que, en el contexto de la Guerra Fría, Estados Unidos redobló su apoyo militar a Israel y a los Estados árabes opositores a la Unión Soviética.
De todas formas, Nasser prosiguió con su plan y demandó el retiro de las fuerzas de paz de la ONU de la península del Sinaí. Cuando eso se cumplió, cerró las rutas por mar a Israel hacia el golfo de Aqaba.
