En un comienzo sólo Estados Unidos poseía bombas atómicas, pero la Unión Soviética hizo grandes esfuerzos para desarrollarlas, desencadenándose una nueva carrera armamentista. Hacia 1949, la Unión Soviética se había convertido también en una potencia nuclear.
Ambos oponentes tenían conciencia de que la destrucción que podría ocasionar el uso de estas armas sería devastadora y no guardaba relación con las ganancias que podrían obtenerse en una supuesta victoria. Paradojalmente, la existencia de ese armamento creó lo que algunos denominaron el equilibrio del terror, donde ningún adversario estaba dispuesto a emplearlo, pero se seguía fabricando como una manera de mantener a raya al adversario y limitar su posible uso.
A pesar de que ambas potencias no llegaron a chocar directamente, el mundo no gozaba de una paz total. Por el contrario: en distintas partes del planeta se suscitaron diferentes enfrentamientos, entre ellos la guerra de Corea, problemas en Europa Oriental y la crisis de los misiles en Cuba. Este último conflicto fue uno de los más importantes de la Guerra Fría y se produjo el año 1961 en la isla caribeña.
Se desencadenó cuando Fidel Castro proclamó oficialmente el carácter socialista de su gobierno. En Cuba se impuso un socialismo de corte soviético, y el primer ministro Nikita Kruschev garantizó a la isla no sólo grandes recursos económicos, sino también apoyo militar y armas, entre las que se encontraban los misiles nucleares. Se inició así la construcción de rampas de lanzamiento de cohetes, que podían llegar en minutos a la parte oriental de Estados Unidos. Esta situación fue negada públicamente por Kruschev, pero en 1962 aviones espías estadounidenses fotografiaron las bases de lanzamiento.
El Presidente norteamericano, John Kennedy, anunció el bloqueo naval para impedir la llegada de cohetes a la isla y le exigió a la Unión Soviética el retiro de las armas de Cuba. Después de muchas conversaciones, Kruschev aceptó la petición hecha por Kennedy. Como consecuencia de esto, Estados Unidos levantó el bloqueo naval y retiró desde Turquía misiles que apuntaban hacia la Unión Soviética. Esta última potencia se comprometió a erradicar desde Cuba los misiles y a no agredir a Turquía. Con el término de esta crisis se registró un avance importante hacia el fin de la Guerra Fría.