Durante la Segunda Guerra Mundial, la alianza entre Estados Unidos, Gran Bretaña y la Unión Soviética sólo se había sostenido por el objetivo común: luchar contra los países del Eje, encabezados por Adolf Hitler. ¿Qué pasó tras la caída del Führer? Comenzó la Guerra Fría y la Guerra en Corea.
Finalizado el conflicto bélico se inició la llamada Guerra Fría, que mantuvo enfrentadas a las ideologías capitalista y socialista hasta mediados de la década de 1980.
Guerra Fría y la Guerra de Corea
El concepto de Guerra Fría se aplicó debido a las hostilidades surgidas entre estas dos potencias, las que, sin emplear las armas, intentaban contener a su adversario y expandir su respectiva área de influencia mediante el empleo del espionaje, presiones económicas y uso de la propaganda.
Al igual que como ocurrió después de la primera guerra, al término de la segunda se intentó preservar la paz mundial. No obstante, luego de terminado el conflicto bélico, en 1945, la unidad entre los aliados se desmoronó, surgiendo profundos antagonismos que demostraron que la convivencia entre los regímenes comunistas y democráticos resultaba imposible.
En el bloque soviético, Stalin mantuvo una política expansiva que combinaba antiguas aspiraciones del imperialismo zarista con los objetivos marxistas de la revolución socialista internacional. En todos los países de Europa oriental se establecieron sistemas de gobierno comunistas.
Las llamadas repúblicas populares de Polonia, Rumania, Alemania oriental, Hungría y Bulgaria firmaron con la Unión Soviética el Pacto de Varsovia, conforme al cual sus fuerzas militares quedaban sometidas al comando supremo soviético. Económicamente, también quedaron agrupadas en el Comecom, que unió a todos los estados socialistas.
Pero la expansión comunista no se limitó solamente a Europa; en Asia se impuso en regiones como Corea del Norte, China, Vietnam y otros estados de Indochina. La contraparte la constituyó Estados Unidos, que después de la Segunda Guerra pasó a liderar el mundo occidental y los estados democráticos.
Fue así como en 1949, este país, en conjunto con Canadá, Francia, Bélgica, Holanda, Gran Bretaña, Islandia, Italia, Luxemburgo, Noruega y Portugal, se unieron en la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), con el objetivo de resguardar sus intereses y protegerse del avance soviético.
Guerra de Corea
Como se vio que ambas partes no podían ser unificadas, se estableció la existencia de dos regímenes diferentes, y el 15 de febrero de 1948, la zona en poder de los comunistas se proclamó República Popular de Corea del Norte, con la ciudad de Pyongyang como capital. La zona controlada por Estados Unidos constituyó la República de Corea del Sur, con capital en Seúl.
En la zona norte los soviéticos designaron como dirigente a Kim Il Sung, quien rechazó la celebración de elecciones democráticas bajo la supervisión de las Naciones Unidas y proclamó la República de Corea del Norte, de la que se erigió primer ministro.
En el año 1950, lanzó por sorpresa un ataque contra Corea del Sur –donde gobernaba Syngman Rhee con el apoyo de EE.UU.–, con el fin de reunificar el país bajo su régimen; pero la reacción de los Estados Unidos se lo impidió, desencadenándose un conflicto armado. Las tropas invasoras coparon el paralelo 38, ante lo cual Estados Unidos consideró que se estaba afectando su seguridad.
El Consejo de Seguridad de Naciones Unidas ordenó el inmediato cese del fuego y la retirada de las tropas hasta las posiciones de partida, pero la guerra se generalizó cuando las fuerzas comunistas desobedecieron este ultimátum.
El general Douglas MacArthur logró hacer retroceder a las tropas norcoreanas. El Presidente Harry Truman dispuso ayuda para el gobierno de Corea del Sur y solicitó a la Unión Soviética que ejerciera su influencia para detener la lucha, pero esta se negó y culpó de la situación creada a Corea del Sur; además, calificó de ilegal el acuerdo del Consejo de Seguridad de enviar tropas al frente, pues dicha resolución se había tomado en una sesión en la que el delegado soviético estaba ausente.
El 23 de junio de 1951, el representante soviético presentó ante la ONU una propuesta para lograr un armisticio. Luego de prolongadas conversaciones fue firmado el 27 de julio de 1953, dando por concluido este conflicto, pero consagrando la división en dos Coreas.