Durante la etapa de guerra de trincheras, el uso de elementos como gases asfixiantes, ametralladoras y alambradas provocó una gran cantidad de muertos.
A fines del invierno de 1916, los alemanes concentraron todo su poder bélico en el frente de Verdún, el bastión más poderoso de la defensa francesa. Se sucedieron cuatro meses de ataques ininterrumpidos, pero los franceses resistieron los embates hasta que el ejército alemán decidió poner fin a la ofensiva. Por desgracia, para ese entonces ya habían muerto 275 mil soldados franceses y 240 mil alemanes.
En el verano de 1916, los aliados volvieron a atacar en una contraofensiva a lo largo del río Somme. No obstante, a pesar de haber introducido el tanque como nueva arma de combate, no pudieron romper las filas enemigas. Así, la guerra de trincheras se transformó en una matanza que solo en los primeros 16 meses costó a Francia cerca de 600 mil hombres, y no se vislumbraba una pronta solución.
Las batallas más importantes
Cuatro fueron las principales batallas que se libraron durante la Primera Guerra Mundial:
Batalla del Marne: se produjo en 1914, cuando el ejército alemán llegó cerca de París. El general francés Joseph Joffre dispuso sus tropas para realizar una contraofensiva a lo largo del río Marne.
El retiro del ejército alemán hasta el río Somme, marcó el fracaso del plan Schlieffen o guerra relámpago, ideado por esta nación.
Batalla de Jutlandia: enfrentamiento naval entre la flota inglesa (Jellicoe) y alemana (Scheer) en la península de Jutlandia (parte peninsular de Dinamarca) en 1916. Inicialmente, la contienda fue favorable a Alemania, pero en el choque frontal la potencia inglesa se impuso, confirmando su superioridad.
Batalla de Verdún: luego de un fuerte bombardeo, el ejército alemán inició una ofensiva contra los franceses en Verdún, pero fue contenido por el general Henri Pétain. Si bien se logró frenar el ataque alemán, ninguno de los dos bandos se impuso, pues ambos sufrieron grandes pérdidas (más de 700 mil muertos).
Batalla de Caporetto: se produjo en 1917, cuando el ejército austríaco rompió el frente italiano en Caporetto, lo que significó la retirada de las tropas italianas y un número cercano a los 400 mil soldados muertos.