Skip to main content

La realidad laboral de la época se caracterizaba por la ausencia total de condiciones y garantías que hoy son comunes. No existían los contratos de trabajo, las jornadas laborales se podían extender por doce o más horas, no había sistemas de previsión y de salud ni de salarios mínimos. En general, ninguna normativa que velase por los intereses de los trabajadores. Las huelgas eran ilegales, y cuando se producían eran reprimidas con violencia. Muchos problemas, además, derivaban de la gran concentración humana que vivía en las ciudades. El hacinamiento y las escasas condiciones de higiene facilitaban la propagación de enfermedades.

Las realidades sociales generadas por la Revolución Industrial provocaron la aparición del movimiento obrero en Inglaterra, desde donde se propagó al resto de Europa. De manera clandestina, se formaron los primeros sindicatos por especialidades (Trade Unions), que solo fueron reconocidos en 1825. Los sindicatos tenían por finalidad lograr una serie de mejoras en las condiciones laborales (horarios de trabajo, remuneraciones, etc.), pero al poco tiempo incluyeron reivindicaciones políticas, como el sufragio universal.

Aparecieron nuevas corrientes de pensamiento, como el marxismo. Carlos Marx, un filósofo alemán, redactó junto a Federico Engels el Manifiesto Comunista, donde afirmaron que los problemas sociales eran consecuencia de la lucha entablada entre una clase dominante, la burguesía, y una clase dominada, el proletariado. Marx complementó estas ideas en otra obra, El capital. En términos generales, postulaba una interpretación económica o materialista de la historia: las ideas y las actuaciones de los grandes hombres dependen de las circunstancias económicas.

Así, la historia era la historia de la lucha de clases entre propietarios y desposeídos, la que concluiría con el establecimiento de la dictadura del proletariado, etapa en la que se iniciará la construcción de una sociedad sin clases.

Años más tarde, casi al finalizar el siglo XIX (con la encíclica Rerun Novarum, del Papa León XIII, publicada en 1893), aparecerían las primeras manifestaciones formales de la doctrina social de la Iglesia, un conjunto de principios que fijan la posición de la Iglesia Católica ante la cuestión obrera, destacando la idea de cooperación entre patrones y obreros.

¿Sabías que?

La Tercera Revolución Industrial habría comenzado a mediados del siglo XX, con una avalancha de innovaciones tecnológicas en áreas como la microelectrónica, biotecnología, informática, robótica y ciencias del espacio.


Warning: Invalid argument supplied for foreach() in /www/wwwroot/www.icarito.cl/wp-content/themes/icarito-v1/template-parts/content-relacionadas.php on line 13