Nació en Santiago, el 29 de junio de 1849. Fue hijo de Manuel Montt Torres (ex presidente de la República) y de Rosario Montt Prado. Sus estudios los realizó en el Instituto Nacional y después cursó leyes en la Universidad de Chile, logrando el título de abogado en 1870.
Sus comienzos en la política fueron como militante del partido Nacional o Montt-Varista, del cual fue jefe años más tarde. También asumió la presidencia de la Sociedad Católica de Educación. Fue diputado, Cámara de la cual también sería presidente; senador y ministro en varias carteras (Justicia, Culto e Instrucción Pública, Obras Públicas y Hacienda) en el gobierno de José Manuel Balmaceda y ministro del Interior durante parte del período de Jorge Montt. El 18 de septiembre de 1906 asumió la presidencia de la República como la gran esperanza para reordenar Chile.
Falleció en Alemania, el 16 de agosto de 1910. Casado con Sara del Campo, no dejó descendencia.
Una nueva postergación
Pedro Montt sufrió un revés cuando intentó imponer la conversión metálica y volver al padrón oro, por sobre el papel moneda que se usaba en ese momento. Luego de rechazarse por la mayoría del Congreso su veto a un proyecto de ley del propio Parlamento en esta materia, se promulgó el cuerpo legal que de nuevo postergó la conversión metálica hasta el 1 de enero de 1915 y destinó seis millones de pesos anuales, de los excedentes de aduana, al fondo de conversión. Esto aumentó la deuda fiscal, bajó el cambio a menos de nueve peniques e incrementó el costo de la vida.
La fuerte discusión en que se enfrascaron los oreros (defensores del padrón oro) y papeleros (defensores del papel moneda) detuvo todos los proyectos pendientes y causó una nueva crisis de gabinete.
Golpe de autoridad
Cuando asumió el poder, la primera tarea que tuvo que cumplir Montt fue hacerse cargo de la reconstrucción de Valparaíso, devastado tras el terremoto del 16 de agosto de 1906.
Sin embargo, en lo político, la tregua partidista-doctrinaria que había propuesto, se acabó a raíz del nombramiento del rector de la Universidad de Chile.
El gabinete con que Montt había debutado en la presidencia estaba constituido por políticos de tendencia liberal y una apreciable cantidad de conservadores.
Pero cuando Montt, en un intento por imponer autoridad, designó a Valentín Letelier quien era muy resistido por el clero como nuevo rector de la Universidad de Chile, los conservadores le retiraron su apoyo y el mandatario tuvo que configurar un nuevo gabinete, apenas un mes después de comenzar su mandato.
Obras públicas
El mandato de Pedro Montt fue prolífico en materia de obras públicas. Una de las áreas beneficiadas fue la ferroviaria, con la aprobación del proyecto para la construcción del ferrocarril longitudinal, que conectaría nuestro territorio desde Tacna hasta Puerto Montt. Asimismo, dispuso construir la línea férrea desde Ancud hasta Castro, obras que terminaron en 1913. Incluso, Montt inauguró, en 1910, el Ferrocarril Transandino, que unía Los Andes (Chile) con Mendoza (Argentina).
También durante su período comenzaron los trabajos para la construcción del puerto de Valparaíso y finalizaron aquellos destinados al levantamiento de edificios, tales como el de la Escuela Normal de Preceptores de La Serena, la Escuela y Museo de Bellas Artes en Santiago, la Escuela de Farmacia en la misma ciudad y algunos liceos.
La Casa Granja
El ambiente no era favorable para el gobierno de Pedro Montt, quien vio aumentar las hostilidades con la oposición al implantarse la censura de prensa.
Sin embargo, cuando se descubrió que su régimen estaba ayudando financieramente a la Casa Granja, una de las más importantes empresas salitreras y donde un ministro del gabinete de Montt tenía intereses propios, el escándalo se desató.
En 1907, esta firma había pedido apoyo económico al gobierno, ya que tenía fuertes deudas contraídas en el extranjero para sus inversiones. Como la autoridad juzgó que la quiebra de la compañía tendría consecuencias negativas para el país, le prestó seiscientas mil libras esterlinas, recogidas de los fondos fiscales. Esta decisión profundizó aún más el mal estado de la hacienda pública y causó pánico.
Las recriminaciones, cuestionamientos y ataques al gobierno se extendieron por varios meses, hasta que Montt despidió al subsecretario de Hacienda.
Muerte prematura
La salud de Montt se fue resintiendo progresivamente debido a los esfuerzos desplegados durante su período. Su participación en la celebración del centenario de la independencia de Argentina (mayo de 1910), a la que asistió para mantener las buenas relaciones entre ambos países, agravó su estado. El 1 de mayo no pudo leer en su totalidad el mensaje presidencial ante el Congreso y mientras lo hacía, tuvo un repentino acceso de llanto. Luego, el 29 de junio, sufrió un ataque que lo dejó inconsciente por una hora.
Sus doctores le recomendaron que viajara a Europa para recuperarse. En julio de 1910 se embarcó rumbo a Alemania, junto a su esposa, país al que llegó el 16 de agosto. Ese mismo día, en la noche, Montt sufrió un ataque al corazón y, probablemente, un derrame cerebral, que le causaron la muerte. Sus restos fueron repatriados y a su funeral concurrió una inmensa cantidad de gente.
Los cien años de Chile
Montt falleció en la víspera del centenario de la Independencia de Chile, el cual se celebraría con gran pompa, no obstante los serios problemas sociales por los que atravesaba el país y que afectaban principalmente a las nacientes clases medias y al proletariado.
A la muerte de Montt, quedó como vicepresidente Elías Fernández Albano, quien también dejó de existir poco tiempo después. Entonces asumió el cargo Emiliano Figueroa, quien era el ministro más antiguo y fue él quien presidió las fiestas del centenario.
Para no causar mala impresión a los extranjeros invitados a la conmemoración con una lucha electoral declarada, todos los partidos de corriente liberal (liberales, doctrinarios, radicales, balmacedistas, nacionales y liberales coalicionistas) se congregaron en una gran asamblea, durante la cual se eligió como candidato presidencial a Ramón Barros Luco.