Versión libre basada en la novela de Robert Louis Stevenson “Treasure Island”, con la aportación impagable de José de Espronceda con su obra “Canto a Teresa” y de Rubén Darío con su poesía “A Margarita Debayle”.
José de Espronceda (poeta)
Poeta 1
Poeta 2
Poeta 3
Teresa
Dragón
Sirenita
Neptuno
Diosa Cibeles
Barbarroja
Mujer de Barbarroja
Flint
John Silver
Jim Hawkins
Ben Gunn (náufrago)
Pescadera
Comprador
Eolo
Ola del mar 1
Ola del mar 2
Ola del mar 3
Ola del mar 4
Ola del mar 5
Ola del mar 6
Marinero 1
Marinero 2
Marinero 3
La sala del teatro estará decorada con gigantes y cabezudos.
(Entra en el escenario el poeta José de Espronceda acompañado por Teresa y una cohorte de pelotas que lo animan y ensalzan.
Poeta: (Declamando) Con diez cañones por banda,
viento en popa, a toda vela,
no corta el mar, sino vuela
un velero bergantín.
Bajel pirata que llaman,
por su bravura, el Temido,
en todo mar conocido
del uno al otro confín.
Poetas (Uno): ¡¡¡ Bien dicho, José!!!
(Otro): Qué bonito.
(Un tercero): Precioso, sublime.
Teresa: ¡Pero, qué dices Pepe! No son maneras de contestarme.
¡Te he dicho que limpies la barca!
Poetas: La luna en el mar riela,
en la lona gime el viento,
y alza en blando movimiento
olas de plata y azul;
y va el capitán pirata,
cantando alegre en la popa,
Asia a un lado, al otro Europa,
y allá a su frente Estambul.
Poetas (Uno): ¡¡¡ Así se habla, José!!!
(Otro): Maravilloso.
(Un tercero): Traduce Pepe, traduce.
Teresa: (Enfadándose) De cachondeo nada, eh Pepito.
¡Sabes lo que te digo… que te vas a ir con tu mamaíta, rico.
Poeta: Navega, velero mío,
sin temor,
que ni enemigo navío
ni tormenta, ni bonanza
tu rumbo a torcer alcanza,
ni a sujetar tu valor.
Veinte presas
hemos hecho
a despecho
del inglés,
y han rendido
sus pendones
cien naciones
a mis pies.
Poetas: (Uno) ¡¡¡ Qué potito, José!!! ¡¡¡ Qué potito, José!!!
(Otro, imitando el habla de la nación hermana Argentina.): ¡¡¡ Qué lindo!!!
(Un tercero): Enorme lo tuyo Espronceda.
Teresa: (Se enfada de veras) ¡Ya te digo el Pepito, la que me quiere montar!
¡¡¡ Pepe, vuelve en ti !!! ¡¡¡ Pepe, limpia la barca !!!
Poetas: Pero Teresa, si estamos todos igual. ¡¡¡Todos conmigo !!!
(El público recita)
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Poetas: Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Teresa: Déjate de poesía Pepe y empieza a limpiar la barca o llamo a mi madre.
Poetas: (Asustado) Ahhh. ¡¡¡A tu madre no!!! A tu madre no; Teresa que me pierdes.
Teresa: Así que déjalo ya. Voy a vender los besugos que me quedan en la cesta.
Tú mientras limpia la barca, gandul.
Poetas: Vale, pero sin ofender.
(Sale Teresa del escenario, el poeta se puede quedar recitando…)
Allá muevan feroz guerra
ciegos reyes
por un palmo más de tierra;
que yo aquí tengo por mío
cuanto abarca el mar bravío,
a quien nadie impuso leyes.
Y no hay playa,
sea cualquiera,
ni bandera
de esplendor,
que no sienta
mi derecho
y dé pecho
a mi valor.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
A la voz de «¡barco viene!»
es de ver
cómo vira y se previene
a todo trapo a escapar;
que yo soy el rey del mar,
y mi furia es de temer.
En las presas
yo divido
lo cogido
por igual;
sólo quiero
por riqueza
la belleza
sin rival.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
¡Sentenciado estoy a muerte!
Yo me río;
no me abandone la suerte,
y al mismo que me condena,
colgaré de alguna entena,
quizá en su propio navío.
Y si caigo,
¿qué es la vida?
Por perdida
ya la di,
cuando el yugo
del esclavo,
como un bravo,
sacudí.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.
Son mi música mejor
aquilones,
el estrépito y temblor
de los cables sacudidos,
del negro mar los bramidos
y el rugir de mis cañones.
Y del trueno
al son violento,
y del viento
al rebramar,
yo me duermo
sosegado,
arrullado
por el mar.
Que es mi barco mi tesoro,
que es mi dios la libertad,
mi ley, la fuerza y el viento,
mi única patria, la mar.»
(Por fin sale del escenario. Entra el dragón. Sigue doliéndose de la barriga, aunque su aspecto ha mejorado.)
Dragón: ¡Hola amigos, soy el dragón de la obra de teatro de principio de curso! ¿Os acordáis de mi?
(El público, como no podía ser menos responde afirmativamente, lo que es de agradecer.) Bueno, pues ya no me gusta la carne, ni de los hombres, ni de las mujeres (Hace un gesto mohino), ni por supuesto la carne de los niños….
¡¡¡ Me he pasado al pescado !!!, pero hambre, lo que se dice hambre, tengo cantidad…
No podríais decirme dónde hay una pescadería… Necesito un buen jurel, una docena de ostras con limón o una jibia fresquita a la plancha. (Gritando) ¡¡¡Por Dios qué hambre !!!
(Entra en el escenario una sirenita. La sirenita al ver al dragón se asusta un poco.)
Sirenita: ¡Qué haces aquí, bicho feo!
Dragón: No soy un bicho, soy un dragón.
Sirenita: ¿Un dragón con escamas?
Dragón: ¡Por supuesto! (El dragón empieza a relamerse.) Oye, niña, ¿tu tienes muchas espinas?
Sirenita: Nada de nada, estoy limpia y blandita.
Dragón: (Dirigiéndose al público) ¡¡¡ Vaya merienda que me voy a pegar!!! (Intenta atacar a la sirenita y ésta asustada pide auxilio).
Sirenita: ¡¡¡ Papá!!! ¡¡¡Papá!!!
(Entra en el escenario totalmente enfurecido el rey de los mares, Neptuno, vestido, como os podéis suponer de rojiblanco, con corona y tridente, obeso y barbudo.)
Neptuno: ¡¡¡Qué pasa hijita!!! ¡¡¡Aupa Atleti!!!
Sirenita: Papá, este gamberro que me quiere comer. Pues no se cree que soy una sardina.
Dragón: ¡¡¡Me la como!!! ¡¡¡Me la como!!! ¡¡¡En escabeche!!! ¡¡¡ Con tomate!!! ¡¡¡Me da igual!!!
Neptuno: ¡¡¡Quién!!! Este macaco… ja, ja, ja. (Se ríe. Después le da con el tridente.) Toma tomate, toma escabeche.
(El dragón huye despavorido. La furia colchonera es terrible. A Neptuno su hija la sirenita le levanta los brazos en plan campeón y Neptuno grita ) ¡¡¡Atleti, Atleti, Atlético de Madrid!!!
Sirenita: Gracias, papá. Si no llegas a venir a tiempo me merienda.
(Entra muy enfadada la diosa Cibeles portando una bandera del Madrid. Sobre sus hombros lleva un muñeco vestido de blanco.)
Diosa Cibeles: ¿Quién canta el himno del Atleti? Eso está muy feo, hay que cantar como Pavaroti.
(Suena el himno del Real Madrid).
(Entre vómitos e imprecaciones de tono menor Neptuno y la Sirenita salen del escenario tapándose los oídos. Entran Barbarroja y su mujer.)
Barbarroja: (Dirigiéndose a la Diosa Cibeles) ¿Quiénes eran esos?
Mujer: (Detrás de su marido) ¡Sinvergüenza, sinvergüenza!
Barbarroja: ¡Déjame en paz Filo, que estoy hablando con esta señora!
Mujer: (Detrás de su marido) ¡Canalla, canalla!
Barbarroja: ¡Por favor Filo, que estoy hablando con esta señora!
Diosa Cibeles: Señorita, si no le importa.
Barbarroja: ¡Pensaba que el que lleva a hombros era su marido!
Diosa Cibeles: ¡Qué va! Es Ronualdo que se ha subido y no se quiere bajar.
(Hace intentos de arrancarse de sus hombros a Ronualdo, pero no puede.)
Mujer: ¡Déjame ayudarte! (Hacen intentos de desprender a Ronualdo. Al final lo
consiguen. La diosa Cibeles y la Sirenita salen del escenario. La diosa Cibeles sujetando a Ronildo)
Barbarroja: ¡Qué raro, Filo!
Mujer: (Sigue enfadada) Mira, ¿sabes lo que te digo? (A partir de aquí la mujer de Barbarroja le reprocha que esté siempre fuera de casa, que no se preocupa de sus hijos, que la tiene abandonada con tanto navegar por esos mares, etc.)
Barbarroja: ¡Qué infierno!
(Suena la música. Entran cantando dos piratas. John Silver, que lleva parche en el ojo, le tiene echado el brazo por encima a Flint.Flint lleva garfio.)
Flint: Yo soy Flint un pirata terrible,
más malo que las arañas,
soy un pirata invencible
y me como las pirañas.
John Silver: Yo soy John Silver
y me llaman Pata de Palo,
por esta patita que ves
y que siempre llevo en la mano.
Flint: Yo me bebo el agua del mar,
me río del oleaje
y grito siempre sin parar
¡Al abordaje! ¡Al abordaje!
John Silver: Atravesamos los mares
de Lisboa a Baleares
con tormenta y oleaje
al grito de: «¡Al abordaje!»
(Flint iza la bandera. John Silver lo mira satisfecho. Continúan su canción acercándose al público.)
Flint: Entre atunes y delfines
conseguimos mil botines.
No hay piratas más valientes
en todo el mar de poniente.
John Silver: Somos bravos bucaneros,
terror de los marineros.
No creo que en el mundo exista
barco que se nos resista.
Flint: Audaces filibusteros
y una miajilla embusteros;
vamos buscando un tesoro
con espadas, barco y loro.
(Una vez terminada la canción, John Silver toma el timón. Flint se sitúa detrás.)
John Silver: Tengo la pata de palo,
soy el pirata más malo.
Yo planeo, ordeno y mando
y grito de cuando en cuando.
Flint: Este en un tontorrón;
aquí el capitán soy yo.
Si hay tormenta, me mareo
y ahora vuelvo que me meo.
(Sale apresuradamente. John Silver se queda solo en escena. Se dirige al público.)
John Silver: Hace lo menos un mes
que entre las dos y las tres
me dio un recado, mi suegra,
de su esposo Barbanegra:
«Dirígete con cuidado
hacia las Islas Barbado
y encontrarás un tesoro
junto a la Cueva del Moro».
Pero con Jim ten cuidado,
un grumete espabilado.
Si lo ves dale fuerte
hasta quitarle los dientes.
(Sonido de oleaje. John Silver permanece al timón con la vista puesta en el horizonte. Después de
unos instantes, irá decreciendo el sonido de las olas. Aparece Jim con una caña de pescar y lanza
un invisible anzuelo al público.)
Jim: Cuatro meses navegando
sin ver tierra ni soñando.
Estoy hasta las narices
de la pesca con lombrices.
(Moviendo la caña y recogiendo el hilo con gran esfuerzo.)
Jim: ¡Caray, creo que han picado!
¡Cómo tira el condenado!
A lo mejor, al tuntún,
pesco esta tarde un atún.
Por lo que pesa el tunante
más parece un elefante.
(Recoge el imaginario hilo de la caña y aparece una bota, saca la bota y la enseña al público.)
Sal de una vez, camarón.
¡Si es una bota marrón!
(Se sienta en el suelo apesadumbrado.)
Como pescador soy nulo.
¡Ay, que me he pinchado el culo!
(Echa a correr por el escenario con las manos en el poto.)
Un anzuelo, ¡qué dolor!
¡Un médico, por favor!
(Salta llorando a lágrima viva. John Silver deja el timón y le venda el culo a Jim hasta rodearle de papel higiénico.)
John Silver: ¡Vaya lata de pirata,
siempre metiendo la pata!
(Oteando el horizonte.)
¿Qué es lo que se ve a lo lejos?
Voy a por el catalejo.
¿Es tierra lo que estoy viendo?
Ven, Jim, ven corriendo.
(Jim se levanta envuelto en papel higiénico y se choca con John Silver, lo empuja y caen los dos.)
John Silver: Por las barbas de Tritón,
mira que eres tontorrón!
Anda, ten las velas listas
porque ya hay tierra a la vista.
Jim: ¡Yupiiiii! (Cantan, bailan y juegan a las palmas.)
John Silver y Jim: Tierra a la vista.
Tierra a la vista… (Jim entusiasmado. John Silver al timón.)
Jim: Vamos, vira a barlovento;
parece que cambió el viento.
Llegamos en un pispás
a Barbados, ya verás.
(De nuevo se escucha el oleaje. Los dos, muy contentos, se acercan a tierra.)
Me compraré mil jamones,
chucherías a montones;
me pondré un diente de oro…
¡Vámonos por el tesoro!
(Salen los dos. John Silver lleva consigo su pata de palo. Entra Ben Gunn, pirata al que dejaron abandonado en la Isla del Tesoro y que lleva siempre consigo el cofre que contiene el botín de los piratas. Va siempre escondiéndose, ocultando el tesoro tras sus míseras ropas y cantando la canción de marras.)
Ben Gunn: Quince hombres van en el cofre del muerto,
¡ja, ja, ja, y una botella de ron!
El diablo y el ron se llevaron el resto,
¡ja, ja, ja, y una botella de ron!
(Sale por el lado contrario del escenario. Entra en el escenario la pescadera y tras ella un
comprador. La pescadera critica a todo el mundo sobre todo a los profesores, como bien
es sabido; aunque las vecinas no se quedan sin lo suyo.)
Pescadera: ¿A ver qué quería? Sardinas, bacaladitos… Fresquito, fresquito. Recién llegado del Cantábrico. (Le pasa un pescadito por delante de sus ojos.)
Comprador: ¿Sabes que John Silver perdió su pierna de un cañonazo y al día siguiente perdió su mano debido a un mandoble de la espada de un español y que al día siguiente perdió su ojo por culpa de una mosca?
Pescadera: Pero, ¿qué me dices? Y tú sabes que en el colegio a mi hijo le han suspendido las matemáticas, las sociales, el idioma y el recreo y lo he tenido que apuntar a unas clases horarias de fútbol para que se sienta realizado? Una aquí vendiendo la pescadilla y otros en la escuela amargando niños. Es que el profesor de marras me tiene a mi niño ojeriza. ¡¡¡Y yo aquí vendiendo pescao!!! … ¿sabes?…
Comprador: Y tú sabes que Flint mando abordar el barco y el barco quedó precioso, ¡bordadito!, ¡bordadito!
Pescadera: Pero, ¿qué me dices? Y tú sabes que mi niño va a ir a la tele al programa de la Ana a contar lo afectado que está por suspender el examen de la cultura del general. ¡¡¡Lo voy a traer al negocio a vender sardinas!!! ¡¡¡Y yo aquí vendiendo pescao!!! … ¿sabes?…
Comprador: ¿Sabes?… pues otra vez mandó ¡Abordar!… y sus piratas sólo sabían hacer punto.
Pescadera: Pero, sabes, sabes… te voy a recitar una poesía; porque yo aunque pescadera también
estoy cultivada… a ver si te gusta… dice así:
Margarita está linda la mar,
y el viento,
lleva esencia sutil de azahar;
yo siento
en el alma una alondra cantar;
tu acento:
Margarita, te voy a contar
un cuento:
Esto era un rey que tenía
un palacio de diamantes,
una tienda hecha de día
y un rebaño de elefantes,
un kiosko de malaquita,
un gran manto de tisú,
y una gentil princesita,
tan bonita,
Margarita,
tan bonita, como tú.
Una tarde, la princesa
vio una estrella aparecer;
la princesa era traviesa
y la quiso ir a coger.
La quería para hacerla
decorar un prendedor,
con un verso y una perla
y una pluma y una flor.
Las princesas primorosas
se parecen mucho a ti:
cortan lirios, cortan rosas,
cortan astros. Son así.
La princesita está bella,
pues ya tiene el prendedor
en que lucen, con la estrella,
verso, perla, pluma y flor.
(Siguen preguntándose lo que saben el uno al otro. En medio del diálogo empieza a sonar el aire del mar. La pescadera y el comprador abandonan el escenario. El dios Eolo aparece haciendo sonar la caracola gigante de la tormenta perfecta. Las dos pescaderas y el comprador salen asustados del escenario. Vuelven a sonar las olas del mar. Esta vez el mar suena embravecido. Eolo se pasea por el escenario haciendo sonar su caracola.)
Eolo: Los cazadores de dioses me han fastidiado las vacaciones porque… (Con aspecto de ponerse a cantar.) mi carro me lo robaron. Menos mal que todavía tengo a mi caballo Viento pero lo está cuidando un amigo mío.
(La luz del escenario se atenúa, Eolo desaparece y aparecen las olas del mar. Las cinco olas del mar bailan una canción, si es posible relacionada con el mar. La coreografía deberá ser inventada por las alumnas, ¡qué para eso ven tanta televisión!)
Coreografía
Fondo musical: Aquarius
Autor: Upa Dance
When the moon is in the seventh house
And Jupiter aligns with Mars
The peace will guide the planets
And love will steer the stars
This is the dawning of the age of Aquarius
Age of Aquarius
Aquarius, Aquarius
Harmony and understanding, sympathy and trust abounding
No more falsehoods or derisions, golden living dreams of visions
Mystic crystal revelations, and the mind’s true liberations
Aquarius, Aquarius
When the moon is in the seventh house
And Jupiter aligns with Mars
The peace will guide the planets
And love will steer the stars
This is the dawning of the age of Aquarius
Age of Aquarius
Aquarius, Aquarius
Aquarius, Aquarius
Aquari
(Entra otra vez Ben Gunn, lleva el cofre, ocultándose a sí mismo y al tesoro y cantando la canción de los piratas.)
Ben Gunn: Quince hombres van en el cofre del muerto, ¡ja, ja, ja, y una botella de ron!
El diablo y el ron se llevaron el resto, ¡ja, ja, ja, y una botella de ron!
(Sale por la otra parte del escenario. Y entran John Silver, Flint y el pequeño Jim acompañados por tres marineros. Los marineros llevan picos y papas y cara de cansancio.)
John Silver: ¿He buscado en toda la isla y no he encontrado nada?
Marinero 1: ¡Quién busca soy yo! No te digo. ¡Estoy arriñonado de tanto usar la pala! Y cobrando una miseria.
Flint: ¡Aquí no hay tesoros! Aquí sólo hay mosquitos.
Marinero: ¡A ti como no te pican! (Usando el pico.) ¡A picar! ¡A picar!
Jim: El tesoro tiene que estar en algún sitio.
Flint: Yo me voy con mi barco a trabajar el mar. ¡Vamos marinero! ¡A remar! ¡A remar!
Marinero 1: Pero como manda a los demás este pirata de pacotilla.
(Salen del escenario Flint y el Marinero 1)
John Silver: ¡Vámonos Jim!
Jim: Yo me quedo Pata de Palo. ¡El grumete Jim no se rinde!
(John Silver y el Marinero 2 salen de escenario. Jim se queda con el Marinero 3. Suena la música y entra Ben Gunn. Giran por el escenario sin dejar de mirarse debido al temor de Ben Gunn.)
Jim: ¿Quién eres?
Ben Gunn: Soy Ben Gunn.
Jim: ¿Por qué te asustas de mí?
Ben Gunn: Porque eres un pirata malo y me quieres hacer daño.
Jim: ¡No! De verdad. No pienso hacerte daño. ¿Qué llevas escondido? ¡Déjame verlo!
Ben Gunn: Es mi tesoro. Sólo dejaré que lo veas si quieres ser mi amigo y lo repartimos entre todos.
Jim: ¿No te entiendo? ¿Qué quieres decir? ¿Repartir entre quiénes?
Ben Gunn: Entre todos los que estamos aquí.
Jim: ¡De acuerdo! Repartiremos el tesoro del pirata Billy Bones entre todos.
(Ben Gunn abre el cofre y da octavillas pregonando el amor y la amistad a los demás actores de la obra y éstos a su vez reparten las cartas entre los asistentes.)
Se cierra el telón
Texto extraído de www.sectorlenguaje.cl