1. En los plurales y derivados de las palabras terminadas en Z.
Ejemplos: cruz: cruces, crucifijo, crucificar.
2. En los verbos terminados en ciar, cer, cir, ceder, cender, cibir y cidir, y en sus conjugaciones correspondientes.
Ejemplos: los verbos despreciar, conocer, reducir, conceder, ascender, recibir y decidir. Son excepciones a esta regla los verbos ansiar, anestesiar, ser, coser (con hilo), toser, asir, residir y presidir.
3. En las palabras que terminan en una vocal seguida de la combinación ncia
Ejemplos: Francia, carencia, provincia, ortodoncia y denuncia. Son excepciones a esta regla las palabra ansia y Hortensia.
4. En las palabras terminadas en ción que sean derivadas de una palabra que termine en «to» o «do». Ejemplos: la palabra bendición, que deriva de bendito. Lo mismo ocurre cuando la palabra deriva de un verbo terminado en ar o en gir, como estación, de estar, y dirección, de dirigir.
5. En la mayoría de palabras terminadas en cia y cio,.
Ejemplos: gracia, socio. Algunas excepciones son idiosincrasia, antonomasia, autopsia, gimnasio, potasio, magnesio, y los nombres propios Asia, Anastasia, Gervasio, Nicasio.
6. En los diminutivos formados con la terminación cito, cita, cillo y cilla.
Ejemplos: pancito, madrecita, ratoncillo y viejecilla. Naturalmente, los diminutivos de las palabras terminadas en s, o que incluyen una s en su raíz, se forman agregando sólo las terminaciones ito, ita, illo, illa, y conservan la s de la palabra original: Andresito, de Andrés; bolsita, de bolsa.