Skip to main content

La institución de los bomberos de Chile nació producto del gran incendio que ese año afectó al puerto de Valparaíso, el 15 de diciembre de 1850. Pocos meses después se formó el «Primer Cuerpo de Bomberos Voluntarios» del país, siendo el 30 de junio de cada año la fecha en que se conmemora el Día del Bombero.

Casi todos los Cuerpos de Bomberos del mundo se institucionalizan a raíz de un incendio descomunal que hiere la conciencia pública y que obliga a la comunidad a reaccionar, recurriendo para ello a algún modelo organizativo de aquellos disponibles en la cultura comunitaria de que se trate.

Fue así como en Chile, el primer Cuerpo de Bomberos basado en voluntarios nació en 1851 en el puerto de Valparaíso, según algunos autores con fuerte raigambre en los valores republicanos y orgánicamente basado en brigadas bomberiles existentes en los Estados Unidos desde el siglo XVIII.

El modelo de Valparaíso, en cuanto al diseño organizativo y miembros voluntarios, sería más tarde replicado por entidades semejantes en todo el país: Cuerpos de Bomberos voluntarios.

Antes de la existencia de estos Cuerpos, en el país los siniestros eran enfrentados por serenos, policías y por el público en general, desde luego sin equipamientos ni preparación especiales. Y aunque existen indicios documentados de que hubo iniciativas estatales destinadas a formalizar este servicio, aquellas no pasaron de la intención o de la enunciación.

Día del bombero
Primer cuerpo de bomberos de Chile 1960 – Memoria Chilena

Los primeros Bomberos Voluntarios

Los nacientes Cuerpos formaron sus filas con los miembros de una aristocracia de comerciantes y mineros, de ideas progresistas y tendencias liberales, que encuentran en el servicio filantrópico un modo de materializar inquietudes éticas y sociales.

Ser bombero, en esos tiempos, era sinónimo de pertenecer a la mejor sociedad, y cada uno de ellos estaba dispuesto a hacer generosos donativos para dotar a sus Compañías de cuarteles y equipos, o para financiar el costo de los «auxiliares» que, en la práctica, efectuaban muchas veces el trabajo bomberil propiamente tal.

Surgieron también durante aquellos años las llamadas «Compañías de Colonia», integradas por inmigrantes o hijos de inmigrantes. Ellos dotaron a sus comunidades de un servicio que en muchos casos conocían en su país de origen y, por otra parte, lograron una forma de asociación que les facilitó conservar la identidad nacional sin debilitar su proceso de real integración a este Nuevo Mundo. También en este caso, los bomberos «de Colonia» disponían, con relativa facilidad, de los recursos materiales que su tarea requería.

Durante la segunda mitad del siglo XIX, período comprendido entre 1851 y 1899, surgieron sólo 35 Cuerpos de Bomberos. El prestigio y la solvencia financiera de sus miembros, que permitía adquirir modernos equipos, así como la dedicación esforzada y sincera al servicio, les dio gran prestigio. En ese contexto, la historia de Chile consigna interesantes y curiosos hechos protagonizados por esas asociaciones voluntarias durante la Guerra del Pacífico y la Revolución del 91.

Los cambios del siglo XX

Las profundas transformaciones que Chile experimenta en el siglo XX afectan también a su Bomberos, siendo las principales de ellas los procesos de urbanización, mesocratización, el crecimiento de las ciudades y la industrialización.

La urbanización: En los inicios del siglo pasado, la población se concentraba en el campo, mientras que un porcentaje menor habitaba en pequeñas ciudades.
Entre los años 1930 y 1970, numerosos villorrios rurales se convirtieron en agrupaciones urbanas, que como tales requerían de un servicio bomberil.
Así, el número de asociaciones bomberiles se duplica en sólo 30 años (de 1900 a 1929), llegando hacia 1969 a constituir un total de 234 Cuerpos de Bomberos.
Al final del siglo XX sólo un 15% de los chilenos continúa viviendo en el campo.

La composición social: los nuevos Cuerpos de Bomberos ya no cuentan con la rica aristocracia del siglo XIX, sino que empiezan a ser integrados mayoritariamente con hombres que provienen de la naciente clase media (funcionarios públicos, profesores, pequeños empresarios, profesionales).

Más tarde surgen los Cuerpos basados esencialmente en trabajadores: campesinos, pescadores, pequeños mineros y artesanos, quienes se hacen bomberos para proteger directamente las vidas y bienes de sus familias. A ellos se suman, en las grandes ciudades, los estudiantes, que aunque provengan de familias acomodadas, carecen de recursos propios.

En consecuencia, los Cuerpos de Bomberos ya no pueden financiar sus equipos y operación con la contribución de sus propios miembros y comienzan a depender, cada vez más, de los eventuales aportes externos. Por ello y especialmente en el caso de las localidades pequeñas o apartadas, los bomberos tienen una subsistencia cada vez más difícil.

El tamaño de las ciudades: la urbanización implicó también un rápido crecimiento del tamaño de las ciudades tradicionales. Las nuevas poblaciones instaladas en la periferia, son las que presentan mayores riesgos, tanto por los materiales ligeros que se emplean en su construcción, como por el deficiente abastecimiento de agua para combatir los incendios. En ese escenario, Bomberos debe proteger un territorio cada vez más extenso, lo que hace necesario construir nuevos cuarteles, reubicar compañías o fundar otras nuevas, dotándolas de material adecuado.

La industrialización: el país no sólo aumenta en población. También su economía se modifica, iniciándose un proceso de industrialización y modernización, que en nuestros días adquiere su máxima expresión. Este progreso, sin embargo, implica nuevos riesgos para la población, y una parte significativa de ellos deben ser asumidos por Bomberos.

Siglo XXI: Bomberos de Chile

Hacia fines de la década de 1960, la situación financiera de la mayoría de los Cuerpos surgidos en este siglo, e incluso de algunos de los más grandes y antiguos, era francamente crítica. Esto implicaba carencia de carros y equipos, lo que a su vez hacía perder la motivación y dificultaba la captación de nuevos Voluntarios.

En este marco surgió, por iniciativa de Guillermo Morales Beltramí, a la sazón superintendente del Cuerpo de Bomberos de Santiago, la idea de dar a los Cuerpos de Bomberos de Chile una estructura nacional que coordinara sus esfuerzos.

La nueva Institución se denominó inicialmente Junta Coordinadora, adoptando posteriormente el nombre de Junta Nacional de Cuerpos de Bomberos de Chile, para ser llamada en la actualidad Bomberos de Chile.

Su labor ha estado orientada hacia la búsqueda de la unidad bomberíl, en un marco de regionalización que evite el centralismo, garantizando la real participación de todos los Cuerpos en un proceso de crecimiento equilibrado y equitativo.

El primer mártir de Bomberos de Chile

El primer mártir del Cuerpo de Bomberos de Chile es el Teniente Tercero Eduardo Farley, perteneciente a la Décima Compañía de Bomberos de Valparaíso.

El Teniente Farley falleció el 13 de noviembre de 1858 en un incendio declarado en la calle del Cabo, hoy Esmeralda. Las crónicas de la época cuentan que el Teniente Farley se encontraba intentando cortar el fuego, que afectaba entre otros edificios a la fábrica de muebles «La Americana», cuando sufrió la caída desde una considerable altura golpeándose fuertemente el cráneo y la columna vertebral, quedando moribundo y falleciendo dos días después producto de las lesiones recibidas.

Con este lamentable hecho se inició un listado de gloriosos nombres que han escrito con su sublime existencia las páginas más destacadas de la historia de la institución.

Tenderini, el primer mártir de Santiago

El incendio del Teatro Municipal, a fines de 1870, es una jornada dolorosa para el Cuerpo de Bomberos de Santiago, ya que ese día fallece uno de sus hombres, convirtiéndose en el primero que sacrifica su vida en el cumplimiento del deber.

Germán Tenderini, hombre de origen italiano, se dedicaba en su patria a la industria de los mármoles. Se distinguió por su espíritu generoso y filantrópico, prestando valiosos servicios durante una epidemia de cólera.

La corona italiana, como una forma de agradecer la nobleza y abnegación de don Germán, le confirió el título de barón. Pero Tenderini rechazó el homenaje.

Cuando llegó a Chile, siguió con el negocio que tenía en Italia, especializándose en la elaboración de obras de arte en mármoles importados de Carrara.

A pesar de encontrarse lejos de su país, Germán Tenderini no abandonó su espíritu filantrópico. Promovió así la fundación y desarrollo de diversas sociedades de obreros y talleres-escuelas para niños desvalidos, que aprendieron con él a trabajar en marmolería.

Formó parte del Cuerpos de Bomberos de Santiago encontrando la muerte en el incendio del Teatro Municipal, el 8 de diciembre de 1870.

La tragedia

El 8 de diciembre de 1870 comenzaron a sonar las campanas de emergencia de bomberos en la capital. El incendio se había originado en el Teatro Municipal, después de una función de la cantante lírica Carlota Patti. Los relatos cuentan que cuando el espectáculo llegó a su fin, el telón al caer rompió con sus extremos una cañería de gas de alumbrado.

El personal del Teatro recorrió todo el escenario buscando el sitio exacto de la avería. Se sospecha que la llama de un farol encendió el gas acumulado. Todos los elementos que se encontraban sobre el escenario eran altamente inflamables por lo que el fuego se propagó con mucha rapidez.

Al rescate concurrieron, entre otros, el teniente Germán Tenderini y el voluntario Arturo Villarroel, pertenecientes ambos a la Compañía de Salvadores y Guardia de Propiedad. Juntos a ellos se encontraba Santos Quintanilla, empleado del Teatro, quien se había dirigido hacia el escenario intentando extinguir el foco del incendio.

Cuando el incendio fue sofocado los voluntario pasaron lista. El único que no respondió fue Tenderini. Su cuerpo fue encontrado calcinado dos días después entre los escombros de Teatro Muncicipal. Cercano a él se encontró a Quintanilla.

Había muerto el primer mártir de Bomberos de Santiago en un acto servicio. En homenaje la compañía que integraba fue bautizada con su nombre.

¿Qué hace un bombero?

Los bomberos son un servicio de utilidad pública, esto quiere decir que sirven a todas las personas. Atienden emergencias causadas por la naturaleza como son los terremotos o inundaciones, o por el descuido o la imprudencia de los hombres, como sucede con muchos incendios, accidentes y derrame de sustancias peligrosas.

En este tipo de profesión, el trabajo que se desempeña se dirige a apagar incendios, a evitar la aparición o propagación del fuego, a ayudar en accidentes, a rescatar a las personas y a proteger los bienes de los incendios. Para realizar esta labor los bomberos utilizan ciertos aparatos que aplican agua, distintos tipos de extintores, escaleras extensibles… que facilitan el desarrollo de su función.

Los bomberos tienen que conocer las medidas, los riesgos y los equipos relacionados con la protección contra el fuego, deben cooperar con laboratorios especializados, disponen de publicaciones y cursos para documentarse sobre su trabajo y sobre las normas por las que se rigen, y estudian e informan de los casos excepcionales.

Los bomberos voluntarios de Chile se enfrentan a todo tipo de desastres como incendios, accidentes de tránsito, incidentes con mercancías peligrosas, rescates o incendios forestales. El centro de comunicaciones está conectado a todos los teléfonos del cuerpo y a la base de datos informatizada, controla todas las operaciones, recibe las llamadas de peticiones de auxilio y sigue los siniestros en curso.

En Chile, si se produce una emergencia, hay que dar la Alarma, llamando al número 132.

Al llamar, debes hablar con calma, y decir lo siguiente:
– De qué se trata la emergencia (fuego, humo, accidente vehicular, derrumbe, etc.).
– Si algo puede agravar el problema (muchos heridos, derrame de combustibles, cables con electricidad, etc.).
– La dirección exacta y las dos calles de la esquina más cercana.
– El número del teléfono desde el que estás llamando.

Escucha con atención las instrucciones y preguntas que te puede hacer la persona que recibe la alarma. Es posible que te pida que cuelgues el teléfono y esperes que te llame para confirmar la alarma.

¡Hay niños malos que llaman a bomberos por jugar! Tú no lo hagas…

Las llamadas son recibidas por las operadoras de la Central de Alarmas de Bomberos, quienes avisan por radio a las Compañías más cercanas al lugar de la emergencia.

De inmediato, sale el Carro Bomba, con los bomberos que están en el cuartel. Los demás se enteran del lugar de la emergencia por sus radios, y se van directamente al lugar, porque en el carro tienen todo lo que necesitan.

Lo primero que harán los bomberos es tratar de salvar a las personas que estén en peligro. Luego, tratan de evitar que la emergencia se extienda a otros lugares. Después, se dedican a controlar el peligro, y finalmente investigan cómo se produjo el problema.

También hay Guardias Nocturnas, formadas por bomberos que duermen en el cuartel. Si se produce un llamado de noche, pueden salir de inmediato.

¿Cómo ser bombero?

Para ser bombero es necesario haber cumplido 18 años, no tener antecedentes y contar con salud compatible con el servicio. El procedimiento inicial es muy simple: basta con dirigirse a la Compañía a la que se desea ingresar (usualmente, la más cercana al domicilio o trabajo), y señalar que se desea postular.

Quien desee convertirse en bombero, además de tener una gran vocación de servicio y entrega por los demás, debe cumplir con los siguientes requisitos:

– Haber cumplido 18 años.
– Salud compatible con el servicio.
– No tener antecedentes.
– Dirigirse al Cuartel más cercano al domicilio o trabajo y señalar que se desea postular.
– Una vez aceptado por la Compañía a la que desees ingresar, deberás participar en los cursos que te capacitarán para el servicio activo.
– El proceso de instrucción dura 6 meses (curso de Aspirantes), que consta de teoría y práctica.
– Finalizado el período de instrucción el aspirante debe jurar como Bombero Voluntario.

Bomberos juveniles

Muchas Compañías tienen las denominadas «Brigadas Juveniles«, integradas por jóvenes entre 12 y 17 años. El objetivo es inculcar valores morales y éticos junto con enseñar la «doctrina bomberil«. Quienes forman parte de estas brigadas visten un uniforme igual al de los Bomberos Voluntarios, la única diferencia es que no pueden ir a los llamados de incendios. Sin embargo, reciben instrucción teórica y práctica.

¿Qué hacer frente a un incendio?

Si se produce una emergencia, hay que dar la alarma llamando inmediatamente al número 132 (número nacional).

Ante todo debes mantener la calma e indicar de qué se trata la emergencia, es decir, explicar si es fuego, humo, un accidente de tránsito, derrumbe, derrame de combustible, etc.

Tienes que dar la dirección exacta y las dos calles de la esquina más cercana para que lleguen sin problemas y sin perder ningún minuto.

Luego indica el número de teléfono desde el que estás llamando, para que la persona que te está atendiendo pueda confirmarla y se comunique contigo por sí necesita más información.
Antes de colgar el teléfono escucha atentamente las instrucciones y preguntas que te pueden hacer.

En la cocina

No juegues nunca en la cocina. Es un lugar muy peligroso, sobretodo cuando hay fuego, ollas o teteras hirviendo o aparatos eléctricos funcionando. Recuerda que en este lugar de la casa hay muchas cosas que son inflamables.

Las cortinas, paños de cocina, guantes para tomar ollas, envases plásticos, botellas de aceite, fósforos, papeles, manteles, etc., deben mantenerse a distancia de las fuentes de calor como la cocina, el horno, el tostador, cafeteras y otros.

No dejes las ollas o sartenes con los mangos hacia fuera, o en lugares inseguros.

Las quemaduras provocadas por aceite o agua hirviendo son dolorosísimas y muy difíciles de curar. Muchos niños, todos los días, llegan a los centros de urgencia con graves lesiones en sus cuerpos.

Fuego

Nunca juegues con fósforos, encendedores o con algún artículo que produzca fuego. Hay niños que al ver que su «inocente y entretenido juego» se ha transformado en un incendio, esconden los objetos inflamados bajo sus camas, closets o en armarios. Cuando se da la alerta, a veces es demasiado tarde.

Los niños no deben quedarse solos en una habitación o en la casa existiendo estufas, anafes, lámparas o velas encendidas.

Si te encuentras frente a una emergencia, como un incendio, sal de inmediato, no vuelvas a buscar nada. Tu vida es más importante. Lo siguiente es llamar a Bomberos. Pide a cualquier vecino que llame al instante marcando el 132.

Lo que te vamos a decir a continuación es muy fuerte, pero forma parte de la realidad. Si tus ropas llegaran a inflamarse, en cualquier circunstancia, cubre tu cara con las manos y como dice bomberos la orden es «detenerse, caer y rodar».

Cualquier quemadura debe ser tratada por personal competente. Jamás uses hielo porque también quema. Lo único que debes hacer es ubicar la herida bajo un chorro de agua fría.

Ahora si estás en algún lugar donde comienza a salir humo, jamás trates de cruzar a través de él. Arrástrate debajo del humo manteniendo la cabeza a una distancia aproximada entre 30 y 60 centímetros del suelo.

Curiosidades bomberiles

¿Sabías que por tradición los bomberos realizan los funerales de noche?

Cuenta la historia, que por el año 1859 en nuestro país, reinaba cierta inestabilidad política, y las autoridades de la época decretaron toque de queda, con el fin de evitar el tránsito y quehacer normal de las personas y así poder tener un control más efectivo de la situación.

De esta forma el día 12 de Abril de ese año, la Tercera Compañía de Bomberos de  Valparaíso tuvo que lamentar la pérdida del Voluntario, Domingo Espineira. Sus Camaradas no contaron con la autorización correspondiente por parte de las autoridades para realizar sus funerales, debido al clima de revolución que existía en esos momentos.

Por esta razón, los bomberos decidieron realizar el funeral de su joven camarada, en forma oculta y teniendo como aliado la oscuridad de la noche, alumbrándose sólo  antorchas, chonchones y faroles hasta llegar al campo santo. Así se dio inicio a una tradición que se ha mantenido por casi ciento cincuenta años.

¿Sabías que los perros dálmatas son las mascotas de los bomberos?

Los perros dálmatas por su inteligencia y fidelidad se convirtieron en héroes americanos al conocerse sus hazañas para salvar personas del medio de un incendio.

Antiguamente esa raza de perros se usaba de acompañante en los carros de bomberos tirados por caballos en Estados Unidos para protegerlos de los asaltantes de caminos y para rastrear a las personas atrapadas en los incendios. Actuaban como perros de salvamento por su inteligencia fidelidad y buen carácter.

Con la llegada de los vehículos motorizados ya no fueron necesarios, pero han conservado un lugar de honor como la mascota oficial de todos los cuerpos de bomberos.

Fuente: Bomberos de Chile


Warning: Invalid argument supplied for foreach() in /www/wwwroot/www.icarito.cl/wp-content/themes/icarito-v1/template-parts/content-relacionadas.php on line 13