La productora Warner Bross fue la primera en introducir el sonido al cine en 1926, con la película El cantante de jazz protagonizada por el ruso Al Jolson, alcanzando un gran éxito entre el público. El sistema sonoro fue conocido como Vitaphone y fue inventado por Lee de Forest, convirtiéndose en el fenómeno más importante de esos años.
La transición entre el cine mudo y el sonoro fue bastante rápida. Muchas salas cinematográficas comenzaron a adaptarse a este nuevo fenómeno que arrasaba con todo. Las películas que siguieron se encargaron de destacar el sonido en forma desproporcionada, como una forma de demostrar que un nuevo elemento, quizás el más importante, había llegado a las pantallas de cine. En esta misma época aparecen las comedias musicales, el cine policial, de terror y las películas animadas, a cargo de Walt Disney.
En 1928, además, aparecería en las pantallas cinematográficas el color, dando un nuevo aire a este arte.