En el siglo XIX, la biología se transformó en una ciencia moderna. Diversos biólogos prestaron especial atención a seres microscópicos llamados bacterias y realizaron grandes descubrimientos. Entre ellos cabe destacar a Louis Pasteur (1822-1895), quien pudo comprobar, a mediados de siglo, que la enfermedad que atacaba a los gusanos de seda en Francia era causada por una bacteria y perfeccionó métodos por medio de los cuales se podía proteger al gusano. Otro aporte de este científico a la ciencia fue la elaboración de la vacuna antirrábica.
A finales del siglo XIX se hicieron muchos descubrimientos relacionados con la herencia y la genética, entre ellos los de Gregor Johann Mendel (1822-1884), quien estableció los principios que gobiernan la herencia de los caracteres específicos, inclusive la estructura y el color.
Otros investigadores, se dedicaron al estudio de la supervivencia de las especies de animales y vegetales. En este campo destacó Charles Darwin (1809-1882), quien postuló que en la naturaleza había un proceso de selección natural, basado en una continua lucha entre las diferentes plantas y animales por un sitio donde vivir.