Hace unos 150 millones de años, las tierras que ahora conocemos como la VI Región de Chile se remecieron con la violenta erupción de un volcán.
Los dinosaurios que poblaban esa zona huyeron aterrorizados, dejando decenas de huellas impresas sobre el barro. Las cenizas arrojadas por la explosión cubrieron por completo estas antiguas pisadas, conservándolas en perfecto estado hasta el día de hoy.
El anterior puede parecer un relato de ficción, pero es la más reciente y fidedigna reconstrucción de hechos elaborada hasta ahora: «Descubrimos con el microscopio que la capa que cubre las huellas es de un color azul petróleo, muy distinto al ambiente de la región, y que se depositó sobre todas las pisadas en un solo instante», explica Karen Moreno, de la Universidad Austral de Chile, quien -junto a David Rubilar y Alexander Vargas, de la Sociedad Paleontológica de Chile– estudiaron las Termas del Flaco durante los últimos cinco años.
Gracias a estos trabajos, los investigadores también han detectado la presencia de otras huellas de dinosaurios, que hasta ahora habían pasado inadvertidas para el mundo científico desde que la zona fue estudiada por primera vez en 1969.
Carnívoros ocultos
La principal herramienta que utilizaron los expertos fue la paleoicnología, una disciplina que, a partir de las huellas dejadas por un animal extinto hace milenios, deduce características de su conducta cuando estaba vivo. «Hasta el momento no se habían reconocido dinosaurios carnívoros en esa zona. Sin embargo, pudimos identificar dos tipos distintos de este grupo de animales», cuenta Karen.
Estos animales -conocidos como terópodos– son claramente reconocibles porque dejaban en el suelo pisadas de tres dedos, acompañadas por filudas garras.
En el caso de Termas del Flaco, la mayor de las huellas de terópodo alcanza 60 centímetros de largo: si los humanos hubieran existido por esa época, habrían sido una presa fácil para estos ágiles cazadores.
Otro cambio importante respecto de los primeros trabajos realizados a fines de los ’60 es la descripción del paisaje prehistórico de Termas del Flaco.
Antiguamente se creía que esa zona había sido una playa para la época de los dinosaurios, donde desembocaba un río. Sin embargo, las últimas exploraciones y el hallazgo de restos de coral indican que el lugar era más parecido al Caribe, sobre todo a los hermosos arrecifes de las Bahamas.
Lo más llamativo es la conducta de los reptiles. Sus huellas indican que los dinosaurios herbívoros fijaban su centro de acción en el centro de este territorio, mucho más cerca del agua, mientras que los carnívoros se apropiaron de los alrededores. De hecho, sus pisadas son más zigzagueantes y cubren un mayor espacio.
«A partir de lo anterior, uno puede concluir que hoy día existen paisajes similares en Tanzania, en que los elefantes pasan buena parte del tiempo en el agua, las gacelas están un poco más lejos y los leones merodean la periferia a la espera de sus presas», concluye Karen.