Es considerado uno de los Padres de la Patria, fue una de las figuras militares fundamentales de la independencia y el primer jefe de estado de Chile independiente bajo el título de Director Supremo entre 1817 y 1823, cuando renunció voluntariamente al cargo para evitar una guerra civil, exiliándose en el Perú hasta su muerte.
Hijo del Gobernador de Chile, Ambrosio O’Higgins, Bernardo se educa en Inglaterra, regresando a Chile en 1802 para hacerse cargo de la Hacienda Las Canteras que su padre le había legado.
Bernardo O’Higgins General en Jefe:
La junta de gobierno de Santiago se trasladó a Talca y nombro a O’Higgins general en Jefe, deponiendo por tanto a Carrera. O’Higgins se resistió tres meses a aceptar el mando, solo cuando Carrera se resignase y se retirarse a Concepción aceptaría tomar el mando el 28 de enero de 1814. A solo dos días de haber asumido desembarcaría una nueva expedición española, dirigida por Gabino Gaínza, con más recursos que la expedición de Pareja.
Los realistas toman Concepción y Talca. Se realiza una nueva campaña, pero a diferencia de la anterior esta resulta un desastre para las armas chilenas, con derrotas en las batallas de El Quillo y el Membrillar, viéndose obligado a suscribir el Tratado de Lircay, en que se reconoce la “legitimidad del coloniaje”. O’Higgins perdió gran parte de su reputación por esta capitulación.
Carrera aprovecha la situación y da un cuartelazo, derribando el gobierno del Director Supremo Francisco de Lasta y retomando el mando en el ejército. El 29 de julio se celebraban en Talca un cabildo abierto y otra junta de guerra que acordaron desconocer al nuevo gobierno y deponerlo por las armas. Presionado, O’Higgins marcha hacia la capital, debiendo combatir contra las fueras de Carrera dirigidas por su hermano Luis en la Batalla de las Tres Acequias (3 de septiembre), que resultó en una derrota para O’Higgins.
Con la llegada de una nueva expedición española al mando de Mariano Osorio, Carrera y O’Higgins se reconcilian, poniéndose este último bajo las órdenes del primero.
Desastre de Rancagua:
Para enfrentar a los realistas se eligió ocupar Rancagua. El día 25 de septiembre O’Higgins fortificaba todos los accesos de la plaza.
El 1 de octubre, con 4.500 realistas y dieciocho cañones, más del doble de fueras que sus enemigos, Osorio se presentó frente a Rancagua. No existió posibilidad de contactar las divisiones que comandaban Juan José Carrera y Benavente, por lo que se decidió refugiarse en la villa. Se apostaron en las cuatro calles que desembocan en la plaza cañones atrincheraros. Tras un primer intento fallido de tomar la plaza, Osorio decide bombardear las trincheras y asaltar las cuatro trincheras simultáneamente. Sin embargo los patriotas resistieron hasta el anochecer, cuando la oscuridad terminó con la lucha, aunque ya sin agua pues los realistas cortaron la acequia que vertía agua en la ciudad.
El día 2 de octubre la batalla continuó ferozmente, los patriotas habían resistido ya seis embestidas desde el inicio de la batalla, pero estaban casi desechas. En un último intento por salvar a los sobrevivientes, O’Higgins y sus soldados se lanzaron a la carga abriéndose paso a través de las líneas enemigas, en el denominado Desastre de Rancagua.
El Ejército de Los Andes
Se trasladó a Santiago con los sobrevivientes, en donde se entrevistó por última vez con Carrera, quedando de manifiesto la enemistad de estos dos hombres. Al igual que el resto de los patriotas más comprometidos con la independencia, O’Higgins marcho hacia Argentina junto a su madre y hermana. Después del paso por la cordillera, el 16 de octubre O’Higgins finalmente llegó a Mendoza, siendo recibido al día siguiente por Juan MacKenna y por José de San Martín.
Después de una breve estadía en Mendoza, se trasladó a Buenos Aires. Debió soportar los rigores de la pobreza hasta que el gobierno de Buenos Aires resolvió integrarlo al ejército que se organizaba en Mendoza. Durante la organización del ejército libertador estableció una fuerte amistad con San Martín que se mantendría hasta el fin de sus días.
Completados los preparativos, el ejército emprendió marcha el 21 de enero de 1817. Cruzan la cordillera por el paso de Los Patos, liberan Putaendo en el Combate de Las Coimas (7 de febrero de 1817) y San Felipe el Real. Se reúnen en Curimón con las tropas de Las Heras, procedentes de Santa Rosa de Los Andes, y se dirigen a los cerros de Chacabuco. El 12 de febrero, en la cuesta Chacabuco, se enfrentaron al ejército realista dirigidas por el Coronel Rafael Maroto. O’Higgins cargo temerariamente contra los españoles, acto que el coronel Estanislao Soler tildaría de insubordinación, pero que San Martín reconoció como heroico.
Al día siguiente de la batalla, en virtud del nombramiento que en su persona había sido hecho por el gobierno de Buenos Aires, fue designado director supremo. Una junta de vecinos de Santiago oficializó y nacionalizó el acto, ofreciéndole antes el cargo a San Martín, quien lo rechazó. Este hecho da comienzo a la llamada «Patria Nueva».
Director Supremo:
O’Higgins designó como ministros de Estados a Miguel Zañartu en Interior y a José Ignacio Zenteno en Guerra. Para enfrentar los problemas financieros crea el Ministerio de Hacienda, con Hipólito Villegas como titular. Abolió los títulos de nobleza y creo la “Legión del Mérito de Chile”, lucho contra los prejuicios religiosos, sacando imágenes antiestéticas o ridículas de los templos, sustituyo la moneda con la efigie de Fernando VII con una con el sello del gobierno.
El 2 de febrero de 1818, en Talca, firma el Acta de Independencia de Chile, que fue jurada en la Plaza de Armas de Santiago el 12 del mismo mes. Reúne al pueblo de Santiago en la Catedral Metropolitana el 13 de marzo de ese mismo año, para jurar a los pies de Nuestra Señora del Carmen, la construcción de un Templo en su honor, en el sitio donde se dé la victoria definitiva. Desde entonces la Virgen del Carmen es proclamada Patrona de los ejércitos de Chile.
Debido a la presencia de tropas realistas en Talcahuano, O’Higgins mando una expedición para terminar con esas tropas, sin embargo una noticia alarmante puso fin a la situación. Llegaron noticias de una nueva expedición realista, encabezada por Mariano Osorio.
Los realistas atacaron de sorpresa el 19 de marzo en Cancha Rayada, derrota de los patriotas y en que O’Higgins salió gravemente herido de un brazo. Creyéndosele muerto a él y desesperado a San Martín, Manuel Rodríguez tomo el poder tras un discurso ante el cabildo. Al conocer las noticias, O’Higgins marcho de inmediata a Santiago desoyendo las recomendaciones de su medico, reestableciendo el orden y reorganizando las fuerzas patriotas.
El abrazo de MaipúEl 5 de abril, las fuerzas de chilenas y argentinas comandadas por San Martín se enfrentaron a los realistas de Osorio en la Batalla de Maipú. O’Higgins había salido de la capital esa misma mañana y se dirigía con unos mil milicianos al campo de batalla. Llegó cuando las tropas realistas se replegaban, y abrazo a San Martín, felicitándole por la victoria, a cuyo saludo éste le respondió con un elogio a su valentía y entrega.