Los gobernadores de La Colonia del siglo XVI fueron por lo general militares y su actividad principal la dedicaron a la Guerra de Arauco. Los del siglo XVII fueron militares y civiles. Algunos fueron reconocidamente eficientes y honestos. Otros se preocuparon exclusivamente de su lucro personal.
El período colonial se inició en 1601 con Alonso de Ribera, cuyo mandato llegó a 1605. Este sobresalió con capacidad militar y administrativa. Lo mismo ocurrió con Francisco Laso de la Vega, Francisco López de Zúñiga -Marqués de Baides- y Martín de Mujica.
La segunda mitad del siglo XVII se caracterizó por la mala administración de la Colonia con excepción de los gobiernos de Juan Henríquez y José de Garro.
A la par, se producía el mestizaje entre españoles e indias. Surgía una sociedad aristocrática formada por familias influyentes que se mezclaron con algunas que descendían de los primeros conquistadores.
Algunos obtuvieron títulos de nobleza que, además de la propiedad de la tierra, les otorgó un poder considerable.
Gobernadores de La Colonia eficientes
Desde comienzos del siglo XVIII, la calidad del personal administrativo mejoró con la nueva dinastía de Borbón, encabezada en 1700 por Felipe V. Los gobernadores fueron más competentes, dignos, respetables y laboriosos, tanto en la opinión de la corona como entre los criollos.
Incluso, con el correr del tiempo, José de Manso, Manuel de Amat y Ambrosio O’Higgins fueron ascendidos al cargo de virreyes del Perú.
Aprovecharon la relativa paz de la época fundando ciudades, realizaron obras públicas y reformas administrativas y económicas.
Ambrosio O’Higgins
Entre los últimos gobernadores del período colonial, Ambrosio O’Higgins (1788-1796) destaca como el más eficiente. Estimuló el consumo de productos nacionales sin suprimir las importaciones, reconstruyó los tajamares del Mapocho, el camino carretero de Santiago a Valparaíso y el que unía la zona central de Chile con Mendoza (Argentina).
Con éxito citó al parlamento de Negrete, logrando la paz temporal con los mapuches, restableció el comercio entre europeos e indígenas, fundó el Consulado (organismo de comercio y fomento), las ciudades de Santa Rosa de Los Andes, San José de Maipo, Constitución, San Ambrosio de Linares y Reina Luisa de Parral.
Luego que O’Higgins fuera ascendido al virreinato del Perú, asumieron sucesivamente José de Rezábal y Ugarte, el general Gabriel Avilés y del Fierro, el mariscal Joaquín del Pino, el oidor José de Santiago Concha, el regente Francisco Tadeo de Medina y en 1802, a sólo ocho años del inicio del proceso de la Independencia, juró Luis Muñoz de Guzmán.