Skip to main content

LA TERCERA. Paulina Sepúlveda G.

Un niño que trabaja en la feria, sabe con exactitud cuánto dinero recibir por las frutas o verduras que ofrece y el vuelto que debe dar. Pero esa confianza al calcular lo abandona al enfrentarse al pizarrón con un problema matemático. El pequeño posee habilidades, pero vivir en extrema pobreza y la situación de desigualdad educativa que eso implica, no lo favorecen.

Para revertirlo, cada año cientos de jóvenes universitarios coordinan esfuerzos entre el mundo familiar y escolar, de niños y niñas que viven en extrema pobreza para que reconozcan y potencien sus habilidades. El propósito es aumentar su autoestima e impactar positivamente su desempeño en clases. Y lo logran.

Reforzamiento escolar

La labor de jóvenes voluntarios motiva a los niños a estudiar y asistir a clases. Así lo constatan en el programa Adopta un Hermano, de la Fundación para la Superación de la Pobreza (www.adoptaunhermano.cl), en el cual desde 1999 han participado más de 5 mil jóvenes.

En 73 escuelas municipalizadas de siete regiones del país, niños y niñas entre ocho y 12 años comparten y aprenden de jóvenes que muchas veces pertenecen a mundos sociales diversos.

Alicia Varela, directora nacional del programa, cuenta que 60% de los niños mejora su rendimiento escolar durante la participación en el proyecto. En tanto, un 62% de los que presentan un promedio inferior o igual a 5 al ingresar, aumentan su promedio general de notas al término de la intervención.

“Ese desempeño se traduce en que tienen mayor participación en la sala de clases y pasan a ser un agente activo de ese proceso, por lo que hacen más las tareas”, sostiene Varela.

Mejores notas

A nivel nacional hay 538 campamentos, con más de 32 mil familias, donde el programa de reforzamiento escolar de Un Techo para Chile (www.untechoparachile.cl) interviene socialmente. Dirigida a niños entre 6 y 14 años que cursan enseñanza básica, la iniciativa no tiene costo para las familias y se realiza cada año desde abril a noviembre.

Los jóvenes se reúnen una vez a la semana con los menores para reforzar las áreas de matemática y lenguaje. Estas tutorías para muchos pequeños representan clases particulares, las cuales incrementan su rendimiento respecto del año anterior. En el área de matemáticas el impacto se traduce en un aumento de 1,8 y 5,3 décimas de punto. En lenguaje, en tanto, el incremento es de 2,2 a 9,7 décimas de punto.

Sebastián Bowen, director social de Un Techo para Chile, explica que la tarea de erradicar los campamentos al 2010, no es sólo entregar viviendas. Un objetivo importante es lograr habilitación social. “Dentro de eso está la educación, por eso se realiza este trabajo que aumenta el nivel de educación y escolaridad de los campamentos”, dice Bowen.


Warning: Invalid argument supplied for foreach() in /www/wwwroot/www.icarito.cl/wp-content/themes/icarito-v1/template-parts/content-relacionadas.php on line 13