En el mundo, hay tipos de hábitat que albergan variadas especies de animales y de vegetación. Para una bacteria, un charco puede ser su hábitat, para un león su pradera en el África. Estos son hábitat que pertenecen a un lugar específico, en el cual las condiciones medioambientales y geográficas hacen posible que la vida animal y vegetal se reproduzca y prospere.
Pero, para considerar a un hábitat como tal, éste debe reunir dos características fundamentales: es imposible definir hábitat donde no existe un componente biótico, es decir, seres vivos. Y en segundo lugar, debe haber una referencia espacial, del sitio donde aparece este elemento biótico. De ahí que el hábitat no es solo un lugar donde viven ciertos tipos de organismos, también se contemplan las condiciones medioambientales del área habitada.
El concepto restringido estrictamente al emplazamiento geográfico, es decir, donde se encuentra una determinada especie y a su área de distribución, presenta un problema a la hora de plantear el hábitat de muchas especies, ya que varias presentan movimientos migratorios. Para hacer más efectiva la definición, se debe incorporar como parte fundamental los factores abióticos (luz, agua, temperatura, pH y nutrientes). Esto quiere decir, que el hábitat se define por las condiciones bióticas y abióticas presentes en un determinado espacio, aptas para una determinada especie. Siendo así, se libera al concepto de la estricta presencia de la especie para limitar este espacio, ya que se definiría en términos de sus requerimientos ambientales. Ya no es la distribución real de la especie la que determinante el hábitat, sino el espacio que llena las condiciones para que una especie viva y se reproduzca. Por ende, se podría hablar del hábitat real y hábitat potencial.
Desde la perspectiva de la conservación, este concepto es bastante práctico, ya que por ejemplo, a problemáticas de especies amenazadas o en peligro de extinción se les podría dar una solución si se replican las condiciones bióticas y abióticas de un lugar.
Clases de hábitat
Los hábitat responden a ciertas características climatológicas, ambientales y geográficas. De esta manera se han formado diferentes tipos de hábitats a lo largo y ancho de nuestro planeta, tales como los siguientes:
Pradera
La pradera es un bioma o paisaje bioclimático (parte del planeta que comparte clima, vegetación y fauna), cuya vegetación predominante consiste en hierbas y matorrales. Habitualmente se da en zonas del planeta que tienen un clima templado, entre semiárido y húmedo. Por lo general, presenta una estación cálida y otra estación fría.
Son característicos de esta zona roedores y animales pequeñas. La fauna de la pradera cumple un papel fundamental en la preservación del equilibrio natural, esencial para la cadena alimentaria. Numerosas especies de animales excavadores de las praderas, al remover el suelo, modifican el contenido mineral de éste y posibilitan el crecimiento de las especies vegetales. Bajo tierra actúan las lombrices y otros invertebrados que, además, oxigenan el suelo, junto con millones de bacterias que descomponen los residuos orgánicos.
Bosque
Un bosque es un área con una alta densidad de árboles. Estas comunidades de plantas cubren grandes áreas del globo terráqueo y funcionan como hábitats animales, moduladores de flujos hidrológicos y conservadores del suelo, constituyendo uno de los aspectos más importantes de la biosfera de la Tierra. Aunque a menudo se han considerado como consumidores de dióxido de carbono, los bosques maduros son prácticamente neutros en cuanto al carbono, y son solamente los bosques jóvenes los que actúan como dichos consumidores. De cualquier manera, los bosques maduros juegan un importante rol en el ciclo global del carbono, como reservorios estables de carbono.
Desierto
Un desierto es la superficie terrestre total o casi totalmente deshabitada, en la cual las precipitaciones casi nunca superan los 250 milímetros al año y el terreno es muy árido. También es considerado como un ecosistema o un bioma.
Usualmente se piensa que los desiertos albergan poco vida, debido a la falta agua. Sin embargo, eso depende de la clase de desierto; en muchos existe vida abundante. La vegetación se adapta a la poca humedad y la fauna usualmente se esconde durante el día para preservar humedad y escapar del calor.
Los desiertos forman la zona emergida más extensa del planeta: su superficie total es de 50 millones de kilómetros cuadrados, aproximadamente un tercio de la superficie terrestre.
Montaña
Es una elevación superior a 700 metros respecto a su base, es decir, una altura natural del terreno. Las montañas se agrupan, a excepción de los volcanes, en cordilleras o sierras. El clima de montaña es más frío y húmedo que el del llano, puesto que la temperatura desciende a un ritmo aproximado de 5º cada 1 kilómetro de altitud y las lluvias van aumentado con la altura. La vegetación en la montaña se encuentra escalonada o en pisos. En los pisos inferiores, podemos encontrar vegetación similar a la del llano pero a medida que se asciende van apareciendo especies más resistentes al frío. Las especies animales presentes en cada uno de estos pisos varían según los continentes y también con la latitud, pues no es lo mismo una zona montañosa en zonas subpolares que en zonas tropicales.
Sabana
La sabana es una llanura ubicada en climas tropicales en la cual la vegetación se encuentra formando un estrato herbáceo, algunas gramíneas perennes, salpicada por algún árbol, arbusto o matorral individual o en pequeños grupos de talla inferior a 10 m. Normalmente, las sabanas son zonas de transición entre bosques y estepas. Estas áreas se encuentran en diferentes tipos de ecosistemas y existen varios tipos por zonas climáticas (intertropicales, templadas, mediterráneas y montañosas).
Región polar
Las regiones polares son las áreas de que rodean los polos geográficos, es decir el Polo Norte y el Polo Sur. Se caracterizan por la presencia de enormes capas de hielo, descansando respectivamente en el océano Glacial Ártico y en el continente antártico.
Los animales de la zona polar son especies endémicas, es decir, propias de la región. La mayoría de los mamíferos se caracteriza por el pelaje blanco, puesto que lo utilizan de camuflaje, para protegerse o atacar a sus presas. En la actualidad, las especies polares se ven potencialmente amenazadas, puesto que existen áreas del ártico que tienen niveles excesivos de contaminantes y además se ven afectadas por el calentamiento global, derritiendo las capas de hielo. El oso polar, focas, morsas, zorro ártico, armiño, ardillas árticas, lobo, toro almizclero y el caribú son animales que habitan esta zona.
Río
El río es una corriente natural de agua que fluye con continuidad. La flora y fauna de los ríos son diferentes a la que se encuentra en los océanos porque el agua tiene distintas características, especialmente la salinidad. El agua de los ríos es dulce, eso quiere decir que no tiene sal. Las especies que habitan los ríos se han tenido que adaptar a las corrientes y a los desniveles. Sin embargo, existen numerosas excepciones, como es el caso de los salmones que desovan en las cuencas superiores o montañosas de los ríos.
Algunos peces de agua dulce son la anguila, el bagre, la piraña, la carpa, el esturión y el rutilo.
Pantano
Un pantano, también llamado ciénaga, es un paño de aguas estancadas y poco profundas, en el cual crece una vegetación acuática a veces muy densa. La mayoría de las veces, el pantano ocupa en un valle la parte abandonada por las aguas de un río. En las regiones semidesérticas no es raro que se dé lugar a la formación de extensos pantanos cuya área esté sujeta a enormes variaciones estaciónales. Los pantanos pueden ser de agua dulce o de agua salada y de marea o sin ella.
Arrecife de coral
Un arrecife de coral es un tipo de arrecife biótico que se desarrolla en aguas tropicales. Son estructuras del fondo marino formadas predominantemente por el desarrollo acumulado de corales pétreos.
La fauna depende de la zona en donde este el arrecife pero entre los organismos más comunes se puede encontrar las estrellas de mar, tortugas marinas, diferentes especies de tiburones, peces, caracoles del mar, camarones, langostas, calamares y pulpos.
Océano
Se denomina océano a la parte de la superficie terrestre ocupada por el agua marina. El océano está dividido por grandes extensiones de tierra, llamadas continentes. Estas secciones llamadas también océanos, son conocidas como el océano Antártico, océano Ártico, océano Atlántico, océano Índico y océano Pacífico.
El océano contiene una gran cantidad de flora y fauna marina. Diversos ecosistemas interactúan y conviven en este vasto espacio. De pendiendo de la salinidad y la temperatura es que van variando las especies que habitan las aguas.
Playa
Una playa es algunas veces un entorno inestable que expone a las plantas y animales que lo habitan a condiciones siempre cambiantes. Sin embargo, esos patrones cíclicos diarios y estacionales llevan a numerosos organismos vegetales y animales, a encontrar en la playa una fuente de alimentación y de supervivencia. Algunos pequeños animales hurgan en la arena y se alimentan con el material depositado por las olas. También la habitan cangrejos, insectos, y pequeños pájaros, tales como gaviotas y pelícanos. Para algunos animales la playa es un elemento vital en su sobrevivencia, como son las tortugas de mar, las cuales depositan sus huevos en la arena. Los restos de animales muertos y algas depositados en la zona superior de la playa y dunas hace posible la aparición de una tímida vegetación compuesta por matas y otras flores.
Quebrada
Una quebrada es un arroyo o río pequeño o riachuelo, de poco caudal siendo no apto para la navegación o la pesca significativa. En las quebradas, por lo común, sólo viven especies de peces sumamente pequeños.
En la quebrada es posible encontrar diversas especies arbóreas dependiendo de su altura dentro de la cuenca, pudiendo llegar a encontrase con 300 especies existentes en la flora precordillerana y algunos animales como insectos, roedores y aves.
Lagos
Un lago es un cuerpo de agua dulce o salada, más o menos extensa, que se encuentra alejada del mar, y asociada generalmente a un origen glaciar. El aporte de agua a los lagos viene de los ríos y del afloramiento de aguas.
Hasta una profundidad de cien metros, cuando las aguas están bien dotadas de luz, calor, oxígeno y elementos nutritivos, se suele ver una gran riqueza de plancton, mientras que en las aguas profundas predominan las bacterias.
Cambios en un hábitat
Los habitat no se mantienen iguales en el tiempo. Estos pueden presentar modificaciones por la acción de los mismos organismos que lo habitan. La modificación del hábitat puede ocurrir de forma natural como consecuencia de sequías, epidemias, incendios, huracanes, desplazamientos de tierra, erupciones volcánicas, terremotos, incrementos o reducciones ligeras de las temperaturas o lluvias. No obstante, hoy en día, la modificación del hábitat está generalmente inducida por actividades humanas como el cambio en el uso de la tierra, la modificación física de los ríos o la sustracción de agua de estos. Las personas originan numerosos cambios en los hábitats por varias razones, entre las que se encuentran la urbanización, el desarrollo de la agricultura, la industria o el transporte, entre otros.
La intervención en el hábitat por parte de los seres humanos tiene un equilibrio bastante débil. Ya hemos visto que varias especies se encuentran en peligro de extinción o derechamente extintas. La sobreexplotación de los recursos naturales no le dan tregua al ciclo vital de la naturaleza de recomponerse, haciéndole imposible sobrevivir a las especies, ya que las condiciones dejan de ser las mínimas para la subsistencia.
Es por eso que es muy importante que cuidemos nuestros recursos naturales y estemos conscientes que no somos los únicos habitantes del planeta.