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Cuando hablamos de la atmósfera, normalmente nos referimos a la atmósfera terrestre, aun cuando todos los cuerpos celestes y los otros planetas también posean una atmósfera.

La altura de la atmósfera de la Tierra es de más de 100 km, aunque más de la mitad de su masa se concentra en los seis primeros km y el 75% en los primeros 11 km de altura desde la superficie planetaria.

Por lo mismo, conforme vamos ascendiendo la mezcla de gases que llamamos aire mantiene la proporción de sus distintos componentes casi invariable hasta los 80 km., aunque cada vez menos denso conforme estamos más arriba. Es decir, a partir de los 80 km. la composición del aire se hace más variable.

En los 5,5 kilómetros más cercanos a la superficie se encuentra la mitad de la masa total y antes de los 15 kilómetros de altura está el 95% de toda la materia atmosférica.

La atmósfera terrestre está compuesta principalmente por nitrógeno (78,1%) y oxígeno (20,94%), con pequeñas cantidades de argón, dióxido de carbono, vapor de agua, neón, helio, criptón hidrógeno, ozono, metano y CFC, entre otros.

La atmósfera protege la vida en nuestro planeta, absorbiendo en la capa de ozono parte de la radiación solar ultravioleta, reduciendo las diferencias de temperatura entre el día y la noche, y finalmente, actuando como escudo protector contra los meteoritos.

Atmósfera terrestre: una capa protectora

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Estructura de la atmósfera terrestre

La atmósfera se divide en:

La troposfera: abarca hasta un límite superior llamado tropopausa que se encuentra a los 9 km en los polos y los 18 km en el ecuador. En ella se producen importantes movimientos verticales y horizontales de los vientos. Existe acá relativa abundancia de agua, por su cercanía a la hidrosfera.

Por todo esto es la zona de las nubes y los fenómenos climáticos: lluvias, vientos, cambios de temperatura, etc.

En la troposfera la temperatura va disminuyendo conforme se va subiendo, hasta llegar a -70º C en su límite superior.

La estratosfera: comienza a partir de la tropopausa y llega hasta un límite superior llamado estratopausa que se sitúa a los 50 kilómetros de altitud. En esta capa la temperatura cambia su tendencia y va aumentando hasta llegar a ser de alrededor de 0º C en la estratopausa.

Casi no hay movimiento en dirección vertical del aire, pero los vientos horizontales llegan a alcanzar frecuentemente los 200 km. /hora, lo que facilita el que cualquier sustancia que llega a la estratosfera se difunda por todo el globo con rapidez, que es lo que sucede con los CFC que destruyen el ozono.

En esta parte de la atmósfera, entre los 30 y los 50 kilómetros, se encuentra el ozono que tan importante papel cumple en la absorción de las dañinas radiaciones de onda corta.

La ionosfera: se extiende desde una altura de casi 80 km sobre la superficie terrestre hasta 640 km o más. A estas distancias, el aire está disperso en extremo. La ionosfera tiene una gran influencia sobre la propagación de las señales de radio.

La exosfera: es la región que hay más allá de la ionosfera y se extiende hasta los 9.600 km, lo que constituye el límite exterior de la atmósfera. Más allá se extiende la magnetosfera, espacio situado alrededor de la Tierra en el cual. Son los lugares en donde se producen las auroras boreales y en donde se reflejan las ondas de radio, pero su funcionamiento afecta muy poco a los seres vivos.

Qué es la mesosfera 

Según la Nasa, la mesosfera es la capa más alta de la atmósfera, donde los gases se mezclan sin control en vez de estar estratificados por su masa. La mesosfera posee 35 kilómetros de espesor.

En este lugar, el cuerpo humano no podría respirar. La mesósfera es más conocida de lo que se piensa. Un ejemplo de ella, es donde los meteoritos que caen a la tierra se desintegran, al entrar a la Tierra.

Estrella fugaz o meteorito. Foto: Pixabay
Estrella fugaz o meteorito. Foto: Pixabay

Y aunque las personas las llaman «estrellas fugases, estos meteoritos o trozos de rocas espaciales arden al entrar en contacto con los gases, con los cuales crean fricción y calor que los termina por extinguir en el aire.