¿Sabes cuál es la diferencia entre un satélite natural y un satélite artificial? Aunque no lo creas, la respuesta a esta interrogante se encuentra en el cielo. Aquí te explicamos cuáles son sus principales características y diferencias.
Satélite natural
Se denomina satélite natural a cualquier objeto que orbita alrededor de un planeta. Generalmente el satélite es mucho más pequeño y acompaña al planeta en su evolución alrededor de la Estrella que orbita.
En general, a los satélites de los planetas principales se les llama lunas, por asociación con el nombre del satélite natural de la Tierra.
Los diferentes planetas poseen distinta cantidad de satélites. El número total de satélites en el Sistema Solar es muy alto pero aún se considera incompleto, ya que se continúa encontrando nuevas lunas.
A pesar de estar acostumbrados a que la visión de nuestra Luna como un cuerpo esférico, debe pensarse que, en general, los satélites de los planetas principales pueden ser muy diferentes, al presentar formas irregulares o ser sumamente achatados.
Satélite artificial
El término satélite natural se contrapone al de satélite artificial, siendo este último, un objeto que gira en torno a la Tierra, la Luna o algunos planetas y que ha sido fabricado por el hombre.
Los satélites artificiales son naves espaciales fabricadas en la Tierra y enviadas en un cohete que despacha una carga útil al espacio exterior.
Los satélites artificiales pueden orbitar alrededor de lunas, cometas, asteroides, planetas, estrellas o incluso galaxias. Tras su vida útil, los satélites artificiales pueden quedar orbitando como basura espacial.
El 4 de octubre de 1957, con la colocación en órbita terrestre del Sputnik 1 comienza la historia de los satélites artificiales.
A partir de entonces, miles de satélites, con distintas funciones, ya sean científicas, militares, meteorológicos o comunicaciones, han sido puestos en órbita tanto alrededor de la Tierra, como de otros planetas o de otros satélites naturales en otros planetas.
Un satélite permanece en órbita alrededor de la Tierra, o de otro cuerpo celeste, cuando la fuerza de atracción gravitacional está equilibrada con la fuerza centrífuga. Como la fuerza de gravedad ejercida por un cuerpo celeste disminuye en proporción inversa al cuadrado de la distancia, cuanto más alto esté situado el satélite, menor será la fuerza de atracción gravitacional y menor, por consiguiente, su velocidad orbital.
¿Sabías que?
En el Sistema Solar, los nombres de los satélites naturales son de personajes mitológicos, excepto los de Urano que son personajes de diferentes obras.