Cómo explicar lo que pasó
Es muy importante que los padres -y no la TV- sean el principal canal de información. Lo principal es usar un lenguaje sencillo pero directo y ser muy transparentes. No inventar historias que puedan confundir a los niños. Hay que explicarles las causas del terremoto, decirles, por ejemplo, que la Tierra se mueve cada cierto tiempo y que tras la gran sacudida, ahora vendrán unas menores, que son las réplicas, pero que eso acabará en un par de meses, porque un evento de esa naturaleza es inusual. Lo mismo con el tsunami. Hay que evitar detalles escabrosos y contextualizar siempre lo que pasa. Por ejemplo, un niño de Santiago debe saber que aunque el mar inundó algunas ciudades, eso no pasará en la suya.
Superar el estrés inicial
Lo que un niño aprende es principalmente lo que ve, porque su sistema nervioso aún no está desarrollado para entender racionalmente lo que pasa, y se basa en lo que observa. Por eso, la mejor manera de controlar el estrés que provocan estas situaciones en ellos es a través del actuar controlado de los adultos. Usar el humor puede ser una herramienta distractiva para tratar algunas situaciones (como que la mamá gritó mucho o se cayó durante el terromoto). Si se dan recomendaciones o se habla del temor, no hacerlo a solas con ellos, sino con toda la familia. Les da seguridad. Si el niño experimenta cambios en su rutina, por ejemplo, no quiere jugar o comer, es porque tiene demasiado estrés, a lo que hay que responder con flexibilidad, dejándolo, por ejemplo, que no duerma solo los primeros días. La compañía permanente de un familiar es importante para la primera semana. Otra buena estrategia es incluirlos en las tareas de limpieza y reconstrucción. De esta manera se sienten útiles y comprenden de mejor manera la importancia de volver a la normalidad.
No sobreexponerlos a la TV
La opinión es unánime. Lo ideal es que los niños vean lo menos posible imágenes del terremoto en TV y si lo hacen, deben estar acompañados de un adulto que les explique y contextualice la información que están viendo. De hecho, ayer hubo muchos twitteos sobre los riesgos de que los niños vieran tanta destrucción y violencia en la TV. En los menores de 10 es preferible que vean dibujos animados o jueguen.
Cuando consultar
El miedo es una sensación normal y puede ser experimentada por algún período. Es esperable que sea muy intenso durante las dos primeras semanas. Sin embargo, hay ciertos signos que indican que se puede estar frente a un trastorno que sobrepasa lo esperado para este caso. Agresividad, irritabilidad, aislamiento o insomnio son algunos síntomas, pero el signo más claro es cuando el niño no puede retomar su rutina cotidiana y los cambios en su personalidad son evidentes.
Colaboraron en este artículo
– Alejandro Maturana. Psiquiatra Clínica Las Condes.
– Jorge Barros. Siquiatra UC infato-juvenil
– Patricio Celis. Sicoanalista Director de Carrera Psicología UNAB
– Sandra Ahumada. Psicóloga del departamento de ginecobstetricia del Hospital Clínico de la Universidad de Chile.