La Directora de la Carrera de Pedagogía en Educación Parvularia y Educación Básica para Primer Ciclo de la Universidad Mayor, Soledad Campo, explica que en este periodo los pequeños han tratado de comprender lo que ocurre a su alrededor, pero necesitan volver a jugar, algo que para ellos es natural y les devuelve la seguridad y les permite sentirse confiados y queridos.
La especialista sugiere un listado de actividades de fácil ejecución para realizar en casa, que además de mantenerlos ocupados y entretenidos, los ayudará a desarrollar el lenguaje, habilidades motoras, creatividad, expresión y autonomía, de manera que el reencuentro con sus pares y educadores sea un momento gratificante con muchas cosas que contar.
Jugar a leer
Se trata de ofrecer variados textos a los niños y niñas. Los más pequeños podrán hojearlos, página a página y así ser cada vez más efectivos en mover las hojas una a una. A partir de este juego se les puede preguntar ¿Qué es lo que les llama la atención? ¿Por qué te llama la atención? Esto favorece el desarrollo del lenguaje y de otras habilidades cognitivas.
Dibujar y pintar
Es importante que los niños puedan expresar sus sentimientos, una forma de lograrlo es pidiéndoles que dibujen lo que recuerdan del terremoto o de los días siguientes, para después pedirles hablar sobre el dibujo. “Esta simple técnica nos permitirá conversar con nuestros hijos acerca de este episodio y responder todas sus dudas. Es importante que los papás también expliquen que sintieron para que se sientan acogidos y protegidos”, asegura la docente.
Escuchar música y bailar
Los ayuda a liberar tensiones. “El baile les permite reír y hacer lo que más les gusta: moverse. Esto favorece la expresión corporal y la coordinación de sus movimientos”, explica.
Ayudar a otros
Ordenar, ayudar a poner la mesa o colaborar en otras tareas de la casa, permite que los niños se sientan útiles al mismo tiempo que refuerzan el conteo, por ejemplo
Jugar juegos tradicionales
La académica explica que juegos como rondas, el luche, al alto y otros, permiten que nos acerquemos a nuestros hijos y compartamos con ellos nuestras tradiciones, sin la necesidad de recurrir a elementos o materiales muy sofisticados.