Con el desembarco en Normandía de una fuerza combinada (inglesa, estadounidense y canadiense), el 6 de junio de 1944 (que se conocería como Día D) comenzó la invasión de Europa. Era la más compleja operación militar de la Historia.
Eran unos 7.000 buques de todos los tamaños y unos 12.000 aviones que apoyaron la operación y que permitió desplegar cinco divisiones (175.000 soldados) en sus respectivas cabezas de playa. Pronto los aliados consolidarían sus posiciones y ya para el día 10 de junio ocupaban un extenso territorio francés.
Pese a sufrir algunos contratiempos, el avance aliado fue incontenible, y el 27 de agosto se producía la liberación de París.
A fines de 1944, los aliados ocupaban toda Francia y conquistaban Bélgica. La lucha se desplazó hacia Holanda y Alemania misma, cuyos centros industriales fueron destruidos por los sistemáticos bombardeos aliados.
Entre marzo y abril de 1945, los aliados finalizarían con la ocupación de Alemania. Hitler se suicidaría (28 de abril) y Berlín caería, el 2 de mayo, en manos de los soviéticos, a los que luego se unirían los aliados. Alemania, totalmente en ruinas, firmó la rendición el 7 y 8 de mayo de 1945.
Sin embargo, fue la rendición de Japón (14 de agosto) la que marcaría el final de esta terrible guerra, que dejaba 22 millones de muertos, 35 millones de heridos e incalculables pérdidas materiales.
