La natación suma a los beneficios típicos de todos los deportes, el hacer ejercicio sin ningún tipo de impactos, gran desarrollo aeróbico y la utilización de todos los grandes grupos musculares. También su facilidad ayuda a que su práctica pueda ser realizada por personas, que por distintos motivos, no pueden practicar otros deportes.
La natación es el deporte aeróbico por excelencia, el trabajo aeróbico moderado y continuado es el más aconsejado para el músculo más importante de nuestro organismo, el corazón.
El corazón, con el ejercicio aeróbico se fortalece y pierde la grasa que lo rodea. Por lo que con cada latido se hace más potente y puede trasladar más sangre a todo nuestro cuerpo. Como resultado de esto, se produce una bajada de la frecuencia cardiaca en reposo, lo que mejora la economía y la eficacia de nuestro corazón.
Por la misma razón aumenta el calibre de las arterias coronarias. Reduce la tensión arterial, por lo que todo nuestro organismo sale beneficiado. Es por lo tanto, un gran ejercicio para trabajar de manera completa todo el sistema cardiaco-vascular.
Con la natación fortalecemos todos los músculos, incluso los que se encargan de llenar y vaciar de aire, los pulmones. La natación fortalece el sistema respiratorio ya que permite que en cada respiración podamos tomar más aire con menos gasto energético, haciendo la respiración más eficiente, aumentando la oxigenación y reduciendo el estrés de estos músculos respiratorios.
Por ejemplo, cuando nadamos a crol mantenemos la respiración, por lo que se produce una deuda de oxigeno, que motiva al organismo a aumentar la densidad de los glóbulos rojos de la sangre y la capacidad de éstos para transportar oxigeno.
La natación aumenta la superficie de transmisión del oxigeno a la sangre, esto se produce por una mayor capilarización y por un mayor número de alvéolos en funcionamiento. Por lo tanto, se aumenta nuestra capacidad pulmonar y limpiamos nuestros pulmones.
En cuanto a los beneficios para nuestros músculos, la natación también ejercita todas las articulaciones, aumentamos la flexibilidad dinámica de éstas, por lo que nuestro rango de movimiento aumenta.
El fortalecimiento de los músculos y el engrosamiento de los huesos, hace que las caídas sean menos traumáticas y se recupere el estado normal antes que una persona sedentaria.
El aumento de la eficacia de las articulaciones debido a la musculación de tendones y ligamentos y a una mejora de la lubricación interna, sumado al aumento de la masa muscular y de su resistencia, hace que nuestra calidad de vida aumente de forma importante, pudiendo retrasar el envejecimiento y aumentar las posibilidades de crecimiento como persona móvil e independiente.
La mejora de la calidad de vida, de la independencia, de nuestras posibilidades físicas, hace que nos sintamos más seguros y que nuestra autoestima aumente.
También reduce el estrés ya que aumentamos las actividades de nuestro tiempo libre, haciéndonos más felices y más activos físicamente.
El fortalecimiento de nuestro organismo, hace que estemos más alerta, con más equilibrio y que tengamos un tiempo de reacción complejo más eficiente y rápido, por lo que las caídas y golpes se reducen.