¿Sabías que el tiempo que demoramos en encontrar la palabra exacta que interpreta nuestros pensamientos es tan breve como 200 milisegundos?, es decir, la quinta parte de lo que dura un segundo. La cifra la han dado a conocer los científicos que investigan el proceso cerebral que se echa a andar cuando hablamos. Y es en extremo reducida, porque es un procedimiento casi instantáneo.
Así lo explica el profesor de sicología Albert Costa, de la Universidad Pompeu Fabra de Cataluña, quien mostró dibujos o fotografías a voluntarios, registrando su actividad cerebral que reflejaba la búsqueda de la palabra correcta en su memoria, para que luego la emitan en voz alta.
Hablar es una de las actividades humanas más fundamentales, y su complejidad es algo que fascina a los investigadores. Costa afirma que, por ejemplo, cada persona guarda en su diccionario mental un promedio de 50 mil palabras. Entre ellas busca la imagen que se le muestra hasta encontrarla, pero abrir la boca para decirla suma otra fracción de segundo, con lo cual el proceso totaliza 700 milisegundos.
Este tiempo transcurre desde que la persona visualiza la imagen que se le muestra, luego dar con el concepto que se corresponde con esa imagen, para después empezar a buscar los sonidos de la palabra en cuestión y finalmente articularlos para poder decirlo en voz alta.
Más idiomas = más lento
Otro factor que influye en este tiempo es si la persona es bilingüe, ya que esto lleva a reaccionar más lento a quien habla dos idiomas. Esto porque, habitualmente, tienen menos vocabulario, ya que la gran biblioteca mental de palabras la deben compartir ambos idiomas. Entonces tendrá unas 35 mil palabras de cada uno.
Pero, además de demorarse más en elegir la palabra correcta, quien habla más de un idioma tiende a quedarse con más palabras en la punta de la lengua. Esto porque cuando usa un idioma deja de practicar el otro y viceversa, lo que le hace perder velocidad para traer a la mente la palabra adecuada. Pero también se confunden palabras que suenan similares, lo que sucede más cuando compiten dos lenguas distintas.
